En un país en el que se puede vivir sin trabajar, hacer una carrera sin estudiar, tener cátedras sin tener titulación alguna, dar másteres sin tener titulación alguna, apoderarse de software para enriquecimiento personal, entrar a la universidad complutense como Pedro por su casa y encima ser protegida por todo el gobierno en bloque y por todos los sociatas en bloque, faltar a citaciones judiciales por viajar con su esposo a la cumbre del cambio climático en avión, ese es un país abocado al desastre. Pero a estos cafres sólo les preocupa Franco, un hombre que murió hace 49 años, al que utilizan como cortina de humo para tapar sus vergüenzas y sus propios fracasos y que no se hable de los problemas reales que tiene España.
Begoña Gómez, la esposa de nuestro insufrible presidente del gobierno, “reclamó por email a La Caixa, 40.00€ anuales durante 4 años para su cátedra”. Aparte de pedir todo lo que se va sabiendo de software, de privilegios, de globalia, caso Koldo en la que también aparece y así hasta el infinito y mucho más. Pero ahí está la tiparraca, viviendo y disfrutando de la vida como si nada de todo lo anterior fuera con ella. Así que, toma del frasco, Carrasco.
Me parece fascinante ese comportamiento. Que yo sepa Begoña Gómez es una ciudadana como el resto de los españoles, si exceptuamos que es la mujer del insufrible presidente del gobierno español. Pero viendo algunas imágenes en la tele estos días atrás, parece que es alguien importante, alguien con poder (eso no se lo discuto), alguien más del consejo de ministros de este gobierno tan desgraciado que tenemos. Hasta hace poco su discreción era absoluta, igual que ahora, lo que pasa que ha estado haciendo trapicheos algo sospechosos, de los cuales se ha beneficiado (siempre supuestamente) sin que supuestamente su esposo supiera nada del asunto, o sí, pero ha preferido utilizar la estrategia del avestruz, que es esconder la cabeza. Y lo que ahora me sorprende es que él diga que es inocente de todo lo que se le acusa y que encima los informes de la uco estén en cuestión, los jueces que lleven ese caso estén en cuestión y que sólo ella y su entorno (si es que sabía algo) lleven razón.
Pero claro vivo en España, un país tan fascinante que muchas veces me pregunto y me cuestiono cómo hemos sido capaces los españoles de concentrar a tantísima gentuza de tan variopinto pelaje en este oficio que es el de la política. Porque no es fácil, no. La cosa tiene su mérito. Así que sólo me queda aguantar todo lo que venga, y en esta semana que salgo de viaje fuera de este país tan maravilloso lleno de gentuza y moñas dedicados a la política, lo haré con la dosis de vergüenza añadida de quien está en el extranjero y comprueba que lo miran a uno con lástima, con pena, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate. Por eso, el mal rato que ese día voy a pasar quiero agradecérselo a toda esta panda de políticos y sus satélites que harán posible que a mi edad, y con la mili que llevo, mis amigos franceses a los que visitaré, me acompañen en el sentimiento por tener lo que tenemos, que no es poca la desgracia. Porca miseria. España, año 2024. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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