Permítanme, y me disculpo de antemano, que hoy sea grosero para ser más elocuente: estoy hasta los cojones. Hasta más arriba de la línea de Plimsoll, quiero decir, de tanto político ladrón, mediocre, moñas y de tanta murga con que ellos son esto, lo otro y aquello. Alguna vez les he dicho, que cuando salgo de viaje, lo hago con la dosis de vergüenza añadida de quien está en el extranjero y comprueba que lo miran a uno con lástima, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate. Por eso, esos malos ratos que esos días paso con mis amigos extranjeros se los quiero agradecer a tres grupos de compatriotas: los oportunistas, los cobardes y los sinvergüenzas. Hay un cuarto grupo que incluye desde ingenuos manipulables a analfabetos de buena voluntad, pero voy a dejarlos fuera porque esta página tiene capacidad de aforo limitada. Así que me centraré en los otros. Los que harán posible que a mi edad, y con la mili que llevo, esos amigos a los que visito menos de lo que yo quisiera (menos mal, así paso menos vergüenza) me acompañen en el sentimiento.
Hay cosas que a día de hoy no dejan de sorprenderme. Pero es que este gobierno y todos los que hemos tenido (sin excepción) hacen cosas sorprendentes con el dinero de los demás, cosa que por otro lado vemos día sí, día también por desgracia para los sufridos ciudadanos que somos a fin de cuentas los que estamos atrapados por esta administración. Resulta que leo por internet esta noticia: “España cuenta con una administración paralela de 4.863 entes, fundaciones, sindicatos (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) y chiringuitos, y esto propicia el descontrol, la corrupción y el clientelismo”. Y eso también provoca que se dispare la deuda pública al tener que pagar y mantener a tanta cosa, y para colmo, muchas de ellas inútiles y que no tienen sentido, pero que al ser amiguismo, favores, y todo este tipo de cosas, hacen que casi tengan que ser obligatorias.
Pero muchas veces utilizan el argumento de que todo lo hacen con el pretexto de que facilitan tu vida, mientras que es todo lo contrario, que se la facilitan y abaratan ellos mientras la hacen imposible a quienes no queremos que nos la facilite nadie, y eso les sirve para seguir adelante en estas fechorías ocultas de otros intereses que sólo benefician a sus entornos más cercanos. Entonces el problema no es que alguien con poder sobre vidas y economías mienta. Todos lo hacen, tarde o temprano. El problema, grave, es cuando a demasiada gente no le importa en absoluto que les mientan y les roben y los asfixien con subidas de impuestos de todo tipo, mientras los entornos de toda esta chusma se beneficia. Pero eso ha sido, es y será así mientras haya chusma política de este nivel tan degradante y asquerosamente aprovechada.
Es lo que hay Maikel Naig, y mientras permitamos que sigan así, ellos seguirán haciendo lo que quieran mientras nos asfixian sin compasión. España, año 2024. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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