El gran quebradero de cabeza para el ministerio del Interior, y más concretamente para su jefe, el señor Juan Ignacio Zoido, es Puigdemooort. Zoido no quiere que se convierte en su Roldan particular, y por eso está decidido a hacer todo lo posible y todo lo que esté en su mano, para que Puigdemooort no aparezca en al parlamento catalán el día de su investidura y así evitar el espectáculo tan lamentable y bochornoso que se vería por todo el mundo.
El fugado de Flandes, el tal Puigdemooort es un auténtico problemón para la policía española, ya que se está riendo de todos dios, incluso de los que lo han votado, al poder moverse libremente por la Europa de los pactos (para otros delincuentes, claro está) y no poder atraparlo.
Zoido y su ministerio, están trabajando, aseguran, para evitar que Puigdemooort pueda cruzar la frontera en helicóptero, en barco o en el maletero de un coche, como cualquier inmigrante ilegal de lo más vulgar. Pero cabe recordarle al ministro del Interior, o a lo mejor no hace falta, que todos los lugares y por supuesto a todas las personas no se pueden controlar, por la sencilla razón de que faltarían medios técnicos y humanos para tal fin.
Pero Zoido tiene un plan, que no es otro que el haber diseñado un dispositivo para que eso no pueda pasar, es decir, para que Puigdemooort no pueda pasar por ningún sitio de la frontera, ni por otro lado, y ha señalado sobre la posibilidad de que Puigdemoooooort burle los controles y reaparezca en el Parlament para ser investido, con lo que tenemos y sabiendo leer entre líneas, que sí se cuela a España, que nadie le eche la culpa a Zoido por no haber intentado solucionarlo. Por eso, una y otra vez, Zoido dice la misma monserga de siempre, que están trabajando para que eso no pueda ocurrir, en la frontera y dentro de la frontera, y en todos los sitios, incluso en los aeropuertos y en las calas más recónditas de nuestro litoral, en el supuesto de que Puigdemooort pueda venir en patera hasta las costas españolas, cosa que parece probable si leemos bien o entendemos bien lo que dice Zoido.
En definitiva, que se cuela, porque el plan de Zoido es imposible de cumplir, ya que es imposible de proteger todo. De ahí que el ministro tenga un plan, lo exponga para que todos nos enteremos, incluido Puigdemooort y así sepamos y sepa de qué lado masca la iguana y avisando implícitamente, que si lo pillan en cualquier lado cruzando o intentando cruzar la frontera, será detenido iso facto, lo mismo que harán si llega al parlamento catalán, con la diferencia de que se ahorrarían el espectáculo tan bochornoso.
Mala pinta le veo yo a este tema, pero que muy mala. El plan de Zoido hace agua por todos sitios, y yo personalmente no le veo ni pies ni cabeza. Pero yo pregunto, ¿no sería más fácil colocar a algunos policías en todas las entradas del parlamento catalán, y registrar uno a uno todos los vehículos que entren ese día y si está en alguno de ellos detenerlo fuera del parlamento?. Esto sí que sería un buen plan. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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