El grupo Jarcha en su canción Libertad sin ira, que les supuso su estrellato, haya por el año 1.976, la cual decía: “Libertad, libertad sin ira libertad, guárdate tu miedo y tu ira, porque hay libertad, sin ira libertad, y si no la hay sin duda la habrá”, ha sido una premonición a lo que la semana pasada ocurrió en esta España de guasa, de risa, y de cómo la descomunal bajada de pantalones del bigobierno español y de dar concesiones por mantenerse en el poder aunque sea con respiración asistida y por un puñado de votos, nos ha llevado a este panorama.
Un panorama que no es otro que ver a 8 condenados por sedición y otros delitos, que fueron condenados por el Tribunal Supremo a penas de entre nueve y 13 años de cárcel, hayan conseguido ya el tercer grado, gracias en parte a las concesiones dadas a la Generalidad de Cataluña, para que sea ésta la que controle las prisiones catalanas y hacer lo que les salga de la entrepierna.
Muchas veces veo estas cosas y me pregunto si la justicia es igual para todos. Creo sinceramente que no. Y lo vimos todos en los días sucesivos al 1 de octubre. Destrozos en Cataluña por desalmados que hacían caso a unos políticos que no asimilaban la sentencia condenatoria de sus actos.
No sé qué ocurrirá en Cataluña a partir de la fecha y en esta miserable campaña electoral que se presenta, ya que estaré de viaje por motivos laborales (y con todas las medidas de seguridad), con la dosis de vergüenza añadida de quien está en el extranjero y comprueba que lo miran a uno con lástima, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate. Por eso, el mal rato que ese día voy a pasar quiero agradecérselo a tres grupos de compatriotas, catalanes y no catalanes: los oportunistas, los cobardes y los sinvergüenzas. Hay un cuarto grupo que incluye desde ingenuos manipulables a analfabetos de buena voluntad, pero voy a dejarlos fuera porque esta página tiene capacidad de aforo limitada. Así que me centraré en los otros. Los que harán posible que a mi edad, y con la mili que llevo, unos compañeros de trabajo, unos amigos y cualquiera que me presenten mientras estoy en ese país al que voy, me acompañen en el sentimiento.
Ya lo dijo un gran tipo: Robar es delito, pero sólo para los pobres, y yo añado de mi cosecha, que por supuesto, si eres además condenado por sedición, pues también ese delito es sólo para los pobres (si pudieran hacerlo), ya que si eres político lo tienes súper mega fácil, como se vio la semana pasada con los presos del procés.
Para colmo, la decisión permite a los condenados permanecer durante el día en libertad y volver a prisión solamente a dormir, por lo que podrán participar, si lo desean, en actos de la campaña electoral de sus partidos.
Así que díganme ustedes si la justicia es igual para todos. Les vuelvo a repetir que no, y otra vez más, la diferencia entre la justicia española y una mierda pinchada en un palo, es el palo. Así, lo digo como lo siento, viendo lo que pasa en este país que cada día me da más vergüenza. España, año 2021. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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