Piscina de 25 metros, pizarras electrónicas y táctiles en los módulos, reproductores de CD y televisión en todas las salas, es sólo el comienzo, pero no se vayan todavía que aún hay más. Modernísima instalación de aire acondicionado y la madera del techo del polideportivo incluso se hizo importar de Australia. En fin, todo un derroche de detalles y comodidad. Pero no es ningún hotel de lujo. Es la nueva cárcel inaugurada en Tarragona, una prisión de alto 'standing' acabada de construir en 2011 pero que ahora se inaugura deprisa y corriendo. Tan deprisa que no hubo tiempo de convocar concurso de traslado de funcionarios y personal para atenderla.
Mas, Artur Mas está con el agua al cuello. No hace nada más que bajarse los pantalones para no tener que dejar el sillón del poder, ese que le permite cobrar el 3% bajo manga, mangonear a su antojo y llevar a Cataluña a la catástrofe más absoluta por esa obsesión suya (y no tan suya) de la independencia. Pero entre esas cosas hace otras, como por ejemplo inaugurar este tipo de cárceles.
Pues bien, Mas, Artur Mas inauguro la semana pasada esta cárcel que sólo en equipamiento se ha llevado la friolera de 10.000.000 de €. La inversión total ha sido de 100.000.000 de €. Les pongo las cantidades así, porque viendo tantos ceros ustedes se dan cuenta del disparate.
El centro penitenciario de Mas d’Enric se encargó a una asociación empresarial formada por las constructoras Comsa y Emte (que a la postre acabarían fusionándose), esta última propiedad del empresario Carles Sumarroca, imputado en el sumario de Jordi Pujol Ferrusola que sigue la Audiencia Nacional (su hijo, Jordi Sumarroca Claverol, lo está en el sumario del 3% que investiga el juzgado número 1 de El Vendrell). La adjudicación de la obra, no obstante, se produjo en la época del tripartito, en el año 2009, cuando era consejera de Justicia la ex socialista Montserrat Tura. Como pueden observar ustedes, todo un cúmulo de coincidencias carceleras y constructivas. Pero lo más gracioso es la forma de pago.
El encargo se hizo por el método de leasing. Su coste era de 100.000.000 de €, asumidos, en principio, por la constructora. Pero, en el momento de acabar, el Gobierno comenzaba a pagarle un alquiler mensual de 1.000.000 de € durante 32 años gracias a una modalidad de contrato de constitución de derecho de superficie. Su construcción se acabó en 2011 y hasta el día de hoy, la Generalitat ya ha pagado a la empresa más de 50.000.000 de €. Y cuando finalice el contrato, le habrá pagado un total de… 384.000.000 de €, o sea, cuatro veces su coste inicial.
En esta cárcel seguro que irán a parar los Pujol, Mas, Artur Mas y todos estos chorizos de la Generalidad que han expoliado esta comunidad durante 30 años. Si no, ¿a qué viene tanto lujo?. Pues eso, que me lo expliquen. Ahora van y lo cascan. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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