El problema de la inmigración ilegal tiene difícil solución. Muy difícil. Cada semana, vemos como cayucos llenos de seres humanos llegan a las costas españolas con menores, mujeres embarazadas y hombres que se juegan la piel para encontrar un futuro que en sus países de origen les niegan sus dirigentes políticos o quien sea.
Pero el problema no es acogerlos, darles las necesidades oportunas y tutelar a los menores en centros de acogida. Ojala. El problema es otro y que tiene que ver con la mayoría de edad de esos menores titulados. Y el problema es bien sencillo: se hacen adultos y por lo tanto al cumplir la mayoría de edad, papa estado ya no quiere saber nada de ellos. Y he aquí el problema, que además se junta con instituciones que nada tienen que ver con el problema, o tienen que ver poco, pero que sí saben trasladar los problemas a otro lugar.
Y les voy a poner un ejemplo. Más de 1.000 menas de Canarias se quedarán en la calle en enero al cumplir la mayoría de edad. Al no tener documentación, se les inscribió con el 1 de enero de 2005 como fecha de nacimiento, por lo que cumplirán 18 años en un mes. De esta forma, cerca de la mitad de los 2.235 menores tutelados ahora por la administración, terminarán en situación de calle en poco más de un mes, y otros tantos en fechas cercanas. En muchos de estos casos, sin la madurez, capacitación, ni apoyos suficientes para una vida autónoma y un acceso a la vida laboral, denuncian los obispos canarios, no sin razón, ya les digo, pero que no llega a ser problema de ellos, ya que poco hacen al respecto estos prelados para solucionar asuntos tan graves.
Esto, que ya de por sí es un serio problema, pues resulta que ciertos prelados están metiendo cizaña. Les cuento. Los obispos de las Islas Canarias alertan de la desesperada situación que se generará cuando casi la mitad de los menores emigrantes dejen de estar bajo la tutela de la Administración. Y razón no les falta, pero una cosa es rezar a dios dentro de las iglesias, si es que lo hacen, y otra muy distinta es alertar sobre algo que el gobierno sabe de sobra e insta a las administraciones a poner los medios para resolver la situación, aunque ellos hayan dado la suya, que no es otra que facilitarles a estos inmigrantes la salida de las Islas Canarias. O sea, y hablando en castellano de Burgos, la diócesis canaria se quiere quitar el problema, trasladando a esos inmigrantes a otro lugar. Viva España.
No podemos estar lanzando a jóvenes a la calle. Luego dirán que son delincuentes. Cuando se les prepara son maravillosos. Eso es lo que tenemos que promover, no un almacenamiento, ha destacado uno de los obispos de Canarias, de nombre José Mazuelos. Eso ya lo sabemos señor obispo. Pero a lo mejor, en vez de decir hay que hacer más y poner los medios que la iglesia dispone para que eso no ocurra. Cáritas no es la solución para todo, pero sí podían arrimar el hombro prestando edificios, prestando escuelas para que estos jóvenes aprendan un oficio, darles un trabajo decente….en fin, arrimar el hombro. Pero como siempre, hablan mucho y hacen poco. Menos mal que nadie les hace ni caso. Laus deo. España, año 2022. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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