Pan y circo

Como saben ustedes y sino se lo recuerdo yo, voy a desayunar todos los días al bar de mi amigo Pacorro. Se lo pueden tomar como una chulería por mi parte como otra cualquiera, el caso es que me presento allí. Resulta que Pacorro compra la prensa diaria para que sus parroquianos y los que no lo son, se culturicen porque leen, se informen ya que leen la prensa y vomiten gracias a la prensa que leen, porque cabe recordar que abrir un periódico en esta España salchichera es literalmente echar la pota. Y a las pruebas me remito. Pan y circo, se llama lo que les voy a contar. 

Hace unos días estaba allí en lo de Pacorro como les digo, y cogí un periódico y lo abrí, y me encontré de bruces con una noticia sindical (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales, aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) de esas que te dejan patidefuá, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. La noticia decía así: “UGT Y CCOO recibirán más de 12M de € del gobierno de ZPedro en año electoral, una subida del 91% desde 2021”. Les juro por el cetro del dios Pichimichi, que vomite hasta la primera papilla, sólo de pensar que de la cantidad de impuestos que me quitan de mi nómina y de todo lo que pago (y pagamos, ojo) vivan todos estos gandules, moñas, frikis y sinvergüenzas sindicalistas por el simple hecho de recibir subvenciones estatales porque ellos lo valen. Luego miras a tu alrededor laboralmente hablando, y piensas en qué clase de país estoy viviendo y uno piensa que hace viviendo aquí en vez de estar en otro sitio más serio y más preparado sindicalmente que este. 

Como ustedes comprenderán, dejé el periódico todo encabronado encima de la barra del bar y me fui a mi puesto de trabajo, acordándome de que parte de mi jornal, va destinado a estos vividores sindicalistas de tres al cuarto que tenemos. 

A media mañana salí a tomar un cafelito a un bar como los de toda la vida, como dios manda, con sus albañiles, sus moscas y sus borrachos de plantilla, y encima de la barra había un periódico de tirada nacional. Pero como no escarmiento, pues lo cogí para pasar los 15’ que me quedaban hasta la incorporación al curro. Y ahí estaba, otra noticia relacionada con estas malas hierbas sindicales. Esta vez, la noticia decía así: “Los sindicatos españoles, los únicos en la UE que no marchan contra el gobierno”. No me digan que no es para coger un cabreo de aúpa. 

Tanto que le gusta a nuestro gobierno, y demás morralla sindical fijarse en lo que ocurre en los países de nuestro entorno para su propio beneficio, pero en esto, en movilizarse, parecen que no se fijan bien. Solo saben retrasar y retener movilizaciones que plantean sólo contra empresa privadas y el alza de precios, pero secundan como perros fieles que son, al gobierno que los unta. Un papel que contrasta con las reivindicaciones de las centrales sindicales de Reino Unido, Portugal, Francia e Italia, por poner unos ejemplos clásicos de liderazgo sindical y no lo que tenemos aquí, que da asco hasta nombrarlos y todo con el pretexto de que facilitan tu vida, y sólo se la facilitan ellos mientras la hacen imposible a quienes no queremos que nos la facilite nadie. Entonces, ¿sindicatos para qué?. España, año 2022. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

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