Lo del satélite español llamado Ingenio, desaparecido la semana pasada en el espacio a los 8’ de despegar, con un coste de 200M de €, es la viva imagen de lo que ocurre en esta España tan singular, tan dada a desperdiciar recursos de los contribuyentes por parte de los gobiernos de turno y por supuesto de que, en ningún sitio, y más concretamente en el ministerio de turno se sepa nada de lo ocurrido. A fecha de hoy.
Como es normal en estos casos tan patéticos y tan dados a la risa, sino fuera por la pérdida del pastizal que ha costado el chisme, ha salido el ministro de turno a decir lo evidente, “que se tomarán medidas si se demuestra que el cohete que lanzó a Ingenio falló por negligencia y no por un error fortuito”, o dicho en el español más clásico (antes de que algún nacionalista catalán lo quite de en medio, con la bajada de pantalones oportuna del gobierno de turno), que será el currante de turno al que se le va a caer el pelo. Como siempre.
En este país gobernado por tantos moñas, siempre hay un culpable, y como siempre, es el eslabón más bajo. Pero no hay que olvidar, que entre el ministro y ese currela inocente al que van a sacrificar, hay ingenierías, hay departamentos, hay controles de calidad, están los técnicos del ministerio, los que no los son y los que se llevan y trincan la pasta, los intermediarios, los proveedores, etc, etc, pero el ministro dice lo evidente y lo más fácil, cargarse al pobre currante.
Por otro lado también se ha sabido, que este satélite Ingenio estaba sin asegurar, ya que en esta deliciosa España, desde un pequeño ciclomotor a una casa, prácticamente cualquier bien preciado puede estar bajo la protección de una póliza de seguros, y todo obligado por el gobierno o por las leyes que los payasos y payasas del circo de la Carrera de San Jerónimo obligan a cumplir a cualquier español, y resulta, que esto no se ha aplicado al satélite Ingenio, el que prometía ser el satélite más avanzado de este país, uno de los proyectos espaciales más ambiciosos creado en España que sufrió un lanzamiento fallido a bordo de un cohete francés de la compañía Arianespace.
La fotografía de este satélite, no puede ser más gráfica. Así pasa la vida en España. Desastres por un lado, mirar para otro sitio, pelearse y discutir mientras la sociedad se hunde en la miseria, entre los ministros del gobierno se ponen palos en la rueda de la bici, en fin, lo que ustedes ya saben, qué les voy a contar.
Pero la fotografía dice más, dice la dejadez existente, el buscar responsables fuera de los ámbitos políticos y ministeriales, cargarle el mochuelo al más débil, jugar con un dinero que ni siquiera es suyo, para ellos decir que invierten en algo que mucha falta no hace, generar expectativas nulas en la población, y luego darse una de abierto como si las cosas no fueran con ellos. La fotografía de un país casi en ruinas, con cada vez más gente haciendo colas para conseguir comida y viendo como la casta política se pelea por gilipolleces que no van a solucionar los problemas diarios. La fotografía, que mejor símil para explicar la locura y la desgracia que asolan a este país desdichado. España, año 2020. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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