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domingo, 4 de octubre de 2020

Como el que no quiere

Yo no sabía que teníamos ministro de Justicia, y menos que se llamaba Juan Carlos Campo, hasta la semana pasada. Me enteré porque salió en las noticias diciendo algo que me dejó patidefuá pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. Creo que lo que va a hacer es legal, y por eso lo hace. Lo que me extraño fue la rapidez en hacerlo y sobretodo la manera de anunciarlo, que fue como de casualidad, como si le hubiese venido un flash en ese momento acordándose de ese detalle, así como el que no quiere la cosa. 
Lo que dijo este ministro es que “EL GOBIERNO TRAMITARÁ LOS INDULTOS PARA LOS CONDENADOS POR EL PORCÉS LA SEMANA QUE VIENE”. Vaya. Creo que es legal, les vuelvo a repetir, y que el ejecutivo tiene que tramitar todos los indultos que le lleguen. Éste trámite puede tardar unos 6 meses y luego ser firmado por el rey. Toma del frasco, Carrasco. 
Que el rey tenga que firmar los posibles indultos de unos republicanos encarcelados por delitos de sedición y por su participación en el proceso independentista catalán, clama al cielo. Pero luego me doy cuenta de que vivo en España, y eso es ya algo a tener muy en cuenta a la hora de entender estas cosas que sólo suceden en este país de risa. 
En el Parlamento fue el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el que se acordó del detalle, y anunció lo anteriormente expuesto. Así lo ha manifestado en la sesión de control al Gobierno del Congreso a una pregunta de la portavoz de JxCat en el Congreso, Laura Borrás, sobre la deriva en la que está instalada la justicia española. 
El ministro de Justicia ha explicado además que el Gobierno mantiene su idea de reformar en el Código Penal, entre otros delitos, los de rebelión y sedición para adaptarlos a la nueva realidad social y a la normativa de otros países, cosa que con otras cosas no hacen. La última petición de indulto se presentó el pasado mes de agosto en favor de la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, que se suma a las ya presentadas para los doce líderes independentistas condenados por sedición. 
O sea, y explicado en castellano castizo, lo que vino a decir este ministro de Justicia, es que el ejecutivo español se va a bajar los pantalones, van a llevar ellos la vaselina y encima van a poner la cama para que los independentistas catalanes les aticen por detrás sin ninguna vergüenza y sin ningún reparo. Por supuesto estos indepes no se quedarán ahí, y una vez disfrutado del espectáculo, pedirán más cosas para así pensarse si apoyan los presupuestos o no, porque ese es el quid de fondo, el quid de la cuestión de que ahora el gobierno cambie de giro otra vez, y ya van infinitas veces. Pero también sabemos, que los presos del procés quieren la amnistía total, pero de eso el gobierno a fecha de hoy no quiere saber nada, pero a lo mejor mañana cuando se tengan a punto los presupuestos, anunciaran como el que no quiere la cosa que se tramitara la amnistía. Y en esas estamos señora. Gobernar como sea y con quién sea, aunque luego escueza la entrepierna. Vaya tela. España, año 2020. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

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