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domingo, 13 de marzo de 2016

Qué vergüenza

En España, o como se llame esta descojonación de Espronceda en la que habitamos, no hay monumento al sinvergüenza desconocido porque aquí los conocemos a todos. Un infeliz país donde la gente puede verse obligada a cerrar tienda o negocio por equivocarse en su gestión, pero donde ningún banco ni banquero, ni político, que llevan años equivocándose en la gestión irresponsable de un dinero que ni siquiera es suyo, pagan el precio de sus errores. Nunca. 
Pero además, juro a ustedes por el cetro del dios Pichimichi que lo que voy a contar es cierto. Aunque comprendería que dudasen, porque en un país normal, algo así sería imposible. Pero recuerden que éste no es un país normal, sino España, un lugar donde todo disparate, por gordo que sea, tiene su asiento, y donde por poner un ejemplo clásico, una ardilla podría cruzar la Península saltando de político vividor en político vividor sin tocar el suelo. 
Lo que ha pasado en el debate de investidura de la semana pasada, es para sentir vergüenza por tener esta clase política que tenemos. Pablito besándose en los morros con el tipo de compromís, el Sánchez presentándose a una investidura en donde perfectamente sabía que no iba a salir ni por error, los independentistas pidiendo lo suyo como siempre, en definitiva, una auténtica vergüenza y un total disparate el espectáculo que han dado. 
Esa es la altura de miras que tiene nuestra clase política. Conseguir el asiento, el poder y olvidarse de los ciudadanos. Si de verdad les preocupara la situación de los españoles, se hubiesen puesto de acuerdo para salir de esta situación entre todos y después una vez solucionada, pues que se siguieran peleando entre ellos. Pero no, lo primero es hacer el ridículo y dejar a España a la altura de una cagada de perro. Me siento defraudado y avergonzado de que gentuza de esta calaña me represente y que haga y deshaga a su antojo y sin consultar a nadie. 
Por otro lado, es la primera vez en nuestra democracia actual que un candidato no sale elegido presidente en el debate de investidura, por la sencilla razón de que las matemáticas no cuadran. Pero aún así, el Pedro Sánchez se ha tirado a la piscina para demostrar no se qué ante su militancia, porque para el resto de los españoles ha hecho el más grande de los ridículos. Bajadas de pantalones descomunales ante la formación de Pablito, el cual ha demostrado de que casta está hecho, que no es otra que sus propias ideas y negándose a hablar si no son aceptadas. 
Qué vergüenza más grande, que poco mirar por los ciudadanos, que poca altura política han demostrado todos, que asquerosidad de políticos piojosos tenemos en España, que falta de miras para solucionar problemas, que asco dan todos, empezando por el primero y terminando por el último mono, que derroche de dinero tirado a la basura en pagarle sus sueldos y sus privilegios que no son pocos, que hartura de políticos tengo, en definitiva, que asco de país por dios. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo. 

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