Atentos queridos blogueros. Sujétense los machos porque ahí va el chaparrón del día. ¿Preparados?¿listos?, pues ahí la suelto: “LA CNMC FIJA EN 48.000M DE € LA FACTURA DE LA CORRUPCIÓN EN LA CONTRATACIÓN PÚBLICA, MÁS QUE EL DÉFICIT PÚBLICO PREVISTO PARA 2015”. ¿Cómo se han quedado?¿flipaos como yo?, porque no es para otra cosa. Buena hay otra opción, pillar un camino que no es otro que largarse de esta asquerosidad de país en que han convertido a España unos asquerosos políticos de pacotilla que tenemos la mala suerte de tener y de mantener, que eso es lo peor.
Con esta noticia me fui al curro los otros días. La leí en el bar de mi amigo Pacorro mientras desayunaba. La CNMC tiene ya en su mano los resultados de un análisis preliminar sobre los diferentes mecanismos de contratación pública y el resultado no puede ser más elocuente. La falta de competencia arrastra a las Administraciones Públicas a malgastar el dinero de todos los españoles con una serie de actuaciones que el supervisor mayor del Reino califica lisa y llanamente como ineficientes. La conclusión es más demoledora para los responsables del erario público porque el sobrecoste de estas prácticas se calcula en torno a un 25% de los 194.000M de € que anualmente se destinan a licitaciones de servicios públicos con cargo al Estado.
El importe en términos absolutos de lo que podría ahorrarse en contratación pública el Estado, supone más de 48.000M de €, o lo que es igual, un 4,5% del PIB. Hablamos, por tanto, de un porcentaje que supera incluso la previsión de déficit público comprometida con Bruselas para este año 2015 y que está fijada en el 4,2%. Dicho en otras palabras, España podría resolver de un plumazo los desequilibrios permanentes que desangran las cuentas públicas si acometiera una política de contratación pública más efectiva en el conjunto de la Administración del Estado.
Pero si hacen eso, no hay chupeteo y por lo tanto, no hay enriquecimiento de nuestros asquerosos políticos, con lo que acometer cualquier reforma en este sentido, es una quimera inalcanzable. Va en el ADN de nuestros políticos, es parte de su forma de entender la política, es decir, ellos se piensan que ser político supone robar, mangonear, trapichear, etc, etc, etc, y llevan razón porque los ciudadanos lo ven día sí día también, con lo que relacionamos política con todo lo anterior. Para que haya un político honrado, hay 100.000 que no lo son, y eso es una imagen lamentable que están dando entre todos.
Pero esta falta clamorosa de competencia a la hora de gestionar bien los recursos públicos, es una de las condiciones necesarias que conduce a la corrupción y, según apostilla la CNMC, “cuando hay corrupción siempre existe falta de competencia”. Dicho de otro modo, nuestros dirigentes políticos. No me queda la menor duda. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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