Quién tiene un amigo tienen un tesoro, pero si además ese amigo es político, ese amigo es presidente de una comunidad autónoma y además ese amigo te paga todo lo que le pida a costa de los impuestos de los ciudadanos, entonces no es un amigo es un chollo del copón. Y eso es lo que pensarán los sindicalistas (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error) que forman el sindicato de la UGT en Andalucía. Les cuento.
Feria de Abril en Sevilla. Los dirigentes sindicales de la UGT Andalucía salen a cenar y a divertirse. Se gastan 12.000€ en gambas, chuletillas, vinos, cervezas y cubalibres y luego pasan la factura a la Junta de Andalucía que fíjense ustedes qué casualidad está gobernada por el PSOE, con lo que Griñan como máximo responsable de la Junta se hace cargo de dicha factura para pagarla no de su bolsillo, sino de los impuestos de los ciudadanos. Desde Madrid, el tipo éste conocido como Cándido Méndez no sabe nada del asunto o no quiere saberlo, o lo sabe y se hace el tonto o lo sabe porque estuvo cenando allí a cambio de que no dijera nada. ¿Ustedes se creen que el Méndez no sepa nada de este trapicheo?.
Pues así funcionan en Andalucía, y el Óscar López no lo ve o no quiere verlo, mientras que no se le escapa detalle del caso del ladrón del Bárcenas. ¿Misma vara de medir?, evidentemente no. Pero para eso están, para ver la paja en el ojo ajeno y no en el suyo.
El caso de los ERES se está convirtiendo en un escándalo aún mayor que el de Bárcenas, porque en el primero el dinero con el que trapichean sindicatos, ex consejeros de la Junta de Andalucía, alguien que pasaba por allí, chóferes y putas es un dinero público para ayudar a los parados de esa comunidad autónoma, mientras que en el segundo el dinero procede de donaciones, que pueden ser legales o no pero viene de ahí. La diferencia es sutil pero importantísima.
La cuestión es que tener ciertos amigos en ciertos sitios te abre el apetito y muchas puertas, mientras que los parados/as que hay en Andalucía ven como un dinero que iba destinado a ellos, se lo gastan cuatro colegas en cenas, drogas y putas y encima los sindicatos que en teoría deben de aprovechar ese dinero para cursos de formación y reciclaje cogen el dinero y se lo gastan en cenas, o se lo reparten entre ellos como buenos amigos y disfrutan de él dándoles igual el sufrimiento y las penurias de los parados andaluces como se está viendo. Es la misma historia de siempre de esta España de pandereta en la que vivimos y que sólo la disfrutan sinvergüenzas y golfos metidos a políticos y a sindicalistas. Todo lo demás son cuentos chinos. Pero lo que me jode de todo esto es que a ninguno le pasara nada, gracias en parte a una justicia mediocre que sólo sabe actuar con un pobre desgraciado pero que con este tipo de gentuza parece que le da miedo meterse. Entonces, ¿sindicatos para qué?. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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