Les voy a contar una cosa muy curiosa que pasa en la parroquia de mi barrio. A lo mejor lo hacen en otras parroquias, pero a mí personalmente no me consta. En esta iglesia de la que les hablo, cobran hasta por respirar el aire que hay dentro de la misma. La nueva ocurrencia del párroco, es cobrar 20€ por año por ir a la catequesis. Lo que más me cabrea de este párroco no es ese dinero, sino el concepto por lo que lo pide, que no es otro que por “LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO”. Echen cuentas. Si la catequesis dura tres años, son 60€ que se embolsa el párroco. Pero tienen que tener en cuenta, que esta cantidad es de un solo niño. En esta iglesia van a ir a la catequesis cerca de 30 niños, con lo que la operación matemática es bien simple: 30x60=1800€. Ya sé que la cantidad es ridícula, pero teniendo en cuenta como está el patio, le podían dar a ese dinero a alguien necesitado por alquilar su vivienda para ir a dar allí la dichosa catequesis.
Como se dice en mi pueblo, no se gana pero se trapichea, y eso es lo que le pasa a este párroco que lo primero que hace cuando vas a preguntar fecha para la boda, es sacarte una lista de precios, en donde se incluye flores, alfombra roja, orquesta opcional, fotógrafo de confianza (si no es ese, tienes muchas dificultades para que el tuyo te haga fotos en la parroquia). Ni que decir tiene, que la lista se encarece más cuantos más servicios te ofrezca el cura. Un negocio redondo para esta iglesia y para su párroco que se llena los bolsillos por doquier sin que desde ningún sitio le digan ni pío. Seguro que desde las altas esferas de la diócesis lo ven de puta madre, ya que es una manera de ganar dinero a espuertas, pero por otro lado no deberían de verlo tan bien ya que es una manera también muy rápida de perder fieles.
Pero eso a ellos les da igual, mientras sigan ganando pasta con los cuatro infelices que van allí a soltar dinero por cumplir con los sacramentos, pues viva la Pepa. La única condición seguramente que le pondrán a este párroco desde la diócesis, es que no monte ningún escándalo mayúsculo para así no alterar la placentera vida de esta pequeña iglesia ni da la diócesis que le da el visto bueno a todos estos trapicheos (que conocemos) eclesiásticos que se llevan entre manos el cura y algún que otro alcahuete. Vivir para ver. “Laus deo”. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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