España es un país con mucha historia, aunque muchos cantamañanas, tantos lamebotas (incluido el ministro de exteriores Albares, al pedir perdón en Méjico por la colonización, que manda huevos) y tantos moñas intenten borrarla cada día que pasa. Y es un país con tanta historia que todo lo que sucede que se sale fuera de lo normal, o que no es normal, eso también es historia, y de la buena, aunque muchas veces se me caiga (o se nos caiga) la cara de vergüenza cuando salgo al extranjero y voy con la dosis de vergüenza añadida y además comprueba que a uno lo miran con lástima, con pena, como súbdito de un país de fantoches, moñas y lamebotas, surrealista hasta el disparate. Por eso, el mal rato que esos días voy a pasar quiero estando en el extranjero, quiero agradecérselo a nuestra asquerosa casta política que son unos oportunistas, unos cobardes y unos sinvergüenzas. Hay un alguien más por ahí, que incluye desde ingenuos manipulables a analfabetos de buena voluntad, pero voy a dejarlos fuera porque esta página tiene capacidad de aforo limitada. Así que me centraré en los otros. Los que harán posible que a mi edad, y con la mili que llevo, que estos conocidos a los que voy a visitar por placer y para desconectar de esta morralla, me acompañen en el sentimiento.
Como les decía, lo que va a pasar dentro de unos días va a ser histórico, y lo va a ser porque es la primera vez que ocurre una cosa así en este desdichado país conocido como España, porque de alguna manera hay que llamarlo, y que no es otra cosa que “el juicio histórico en el Tribunal Supremo contra un fiscal general del Estado, que ni dimite, ni lo relevan ni nada de nada, ya que se sienta en el banquillo de los acusados como un vulgar delincuente”. Álvaro García Ortiz se sentó y se seguirá sentando desde este lunes en el banquillo de los acusados, convirtiéndose en el primer fiscal general del Estado en ser juzgado, un día histórico, que se recordará con una vergüenza casi (ese es el matiz a tener en cuenta, el casi). Lo hará el Tribunal Supremo (TS) por hechos presuntamente cometidos en el ejercicio de su cargo (donde continúa sin que se le caiga la cara de vergüenza) que consistirían en la filtración de un 'email' que dejó al descubierto las negociaciones de Alberto González Amador, novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con Fiscalía para llegar a un acuerdo en el caso por fraude fiscal. Este fiscal, se enfrenta a hasta 6 años de cárcel, 12 de inhabilitación y un desembolso superior a 400.000€.
Si uno en su sano juicio se parara un poco a pensar en lo que tenemos dentro de las instituciones de este país, no saldría de su asombro y de su estupor. Pero lo peor de todo y como he dicho miles de veces desde este blog pecador, es la mala suerte de tener, pero sobre todo de mantener a tanto golfo, a tanto chorizo, a tanto manipulador, a tanto HDLGP, a tantos moñas, a tanta y tanta y tanta golfería que ya no me sorprende nada de lo que pueda pasar, ya que si hay algo que me sigue dejando patidefuá, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español es la capacidad de esta chusma en sorprenderme y sorprendernos cada día, y eso es lo histórico y lo sorprendente. España, año 2024. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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