Entre los gobernantes y políticos españoles se cumple siempre la máxima esa que es que cuanto más golfo, más defraudador, más ocultador de las maldades del mangoneo que hace él y todos los que les rodean, en definitiva, de todo a lo que un político que se precie, un político como dios manda, se dedica a hacer para forrarse (a costa de los dineros de los ciudadanos, ojo al dato), esa máxima como les decía, se cumple, y no es otra que LLEGAR A LO MÁS ALTO DE ALGUNA INSTITUCIÓN.
Ejemplos hay muchos, y para aburrir. Por ejemplo, el de Óscar López que llegó desde la política madrileña, desde abajo como aquel que dice, y que, por ciertas cosas de la vida, pego el salto a director de Paradores, donde recuerden ustedes, era donde Ábalos y su panda celebraban fiestas con putas y coca durante la dura pandemia del Covid-19, y ahora como premio a todo eso, que él niega, faltaría más, se le recompensó con el cargo de un ministerio, cargo que ostenta en la actualidad.
Otro de ejemplo de cumplimiento de esa máxima tan dada en nuestra asquerosa y barriobajera casta política, es la de Francin Armengol, que empezó en la política en las Islas Baleares, y que ahora fuentes policiales han detectado unas ayudas de 2.4M de € en ayudas sociales cobradas indebidamente, y ahora como premio, Armengol es la tercera autoridad del Estado español, es decir, presidenta del circo que hay en la Carrera de San Jerónimo, conocido vulgarmente como congreso de los diputados.
Son dos típicos ejemplos, pero hay muchísimos más y en todos los bandos políticos y en todas las instituciones y empresas públicas que se precien de serlo. Red Eléctrica, Ineco, Hunesa, etc, etc, porque el ser un golfo no está reñido con ser un alcahuete lame botas del capo del gobierno que sea. La hemeroteca está llena de estos ejemplos. Pero no sufro lo que llevo visto, sino lo que me queda por ver que tiene que ser una auténtica barbaridad, y hace que me pregunte qué hago aquí en este desdichado país, pudiendo estar en otro sitio con menos golfos, menos trileros, menos moñas y menos usurpadores. A esto ha llegado la política española, a colocar a cualquier tipejo o tipeja en puestos más o menos responsables, por el simple hecho de ser conocido del capo de turno y por su habilidad de mangonear a espaldas de todo dios. Esto es lo que tenemos, y esta la auténtica plaga que hay en este país.
Pero ojo. Si esas cosas corresponden a la chusma política que tenemos, el resto de España es tan culpable como ella. Lo fueron quienes, aun conscientes de dónde estaban los más peligrosos mangoneantes, y lo son los presidentes desde González a Rajoy, sin excepción, que durante tres décadas permitieron en sus filas que eso pasase.
Porque no les quepa duda: culpables somos ustedes y yo, que ahora exigimos sentido común a unos políticos que han tenido, tienen y tendrán dentro de sus filas (sabiéndolo o no) a manipuladores, sinvergüenzas y delincuentes. Una sociedad que, en buena parte, no ha tenido otra que agachar la cabeza y permitir que sus hijos se mimeticen con el paisaje para sobrevivir. Por eso, pase lo que pase, el daño es irreparable y el mal es colectivo, pues todos somos culpables. Por estúpidos. Por indiferentes y por cobardes. España, año 2024. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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