Los otros días vi la televisión, algo inaudito en mí. Estuve viendo un programa de esos de entrevistas, ese del tal Évole, ese que hizo un monográfico sobre la subida de la luz cuando gobernaba Rajoy, pero que ahora y desde hace un tiempo atrás estoy esperando que lo haga sobre los subidones de la misma luz, provenientes de las mismas eléctricas ladronas con un gobierno sociata. Pero rían de rían, y todavía seguimos esperando que lo haga. Pero el otro día como les decía, vi la televisión y puse el mismo programa de Évole, para ver de qué lado mascaba la iguana con respecto a este periodista o lo que sea. Pues bien, entrevistó a un político embustero, analfabeto y sin complejos, especie cada vez más abundante en esta España llena de muchos políticos chusqueros, cantamañanas, moñas y de cualquier color político que tenemos la mala suerte de tener y de mantener en este desdichado país.
El político en cuestión atacó a las víctimas de las residencias madrileñas de la covid (sí queridos blogueros, todavía estamos buscando a quien apuntar en ese tema) con una falsedad y luego al poco tiempo ese mismo político embustero, analfabeto y sin complejos rectifico entre peticiones de dimisión, ya que la noticia había alcanzado ya casi todo el país.
Este político embustero, analfabeto y sin complejos es el jefe de gabinete de Isabel Ayuso, de nombre Miguel Ángel Rodríguez, conocido como MAR entre sus coleguillas peperos, el cual aseguró en el programa de Évole, que “uno de los testimonios incluidos en el programa de este periodista (o lo que sea que es), era falso cuando dicho testimonio era cierto”. Como ustedes sabrán y entenderán, este político embustero, analfabeto y sin complejos descartó dimitir, cosa que cada vez vemos más en este país, en el cual estamos acostumbrados a que nadie que nos gobierna, dirige organizaciones sindicales (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo), dirige chiringuitos de toda clase, malversa, se enriquece y defrauda un dinero que ni siquiera es suyo dimita y que luego cuando se les pilla, ninguno sabe nada, nadie conoce a nadie y por supuesto se libran de toda culpa porque la ley que ellos mismos hacen y aplican a todo su entorno hacen que sea todo posible.
De ahí que este político embustero, analfabeto y sin complejos ni se le pasara por la cabeza el dimitir, y esta forma de actuar lo han convertido en una manera de entender la vida como otra cualquiera en este pintoresco lugar llamado España, porque de alguna manera hay que llamarlo. Por eso, cuando uno ve en la televisión a un animal de bellota, con corbata fosforito o con lo que lleve, hablando de ciertas cosas, uno se pregunta en manos de quién estamos, porque es terrible que gente que no tiene la menor cultura, ni el menor conocimiento de nada y que además carece de los más elementales conocimientos fundamentales para la política, se atreva a entrar como elefantes por cacharrería en cuestiones tan delicadas para las que hace falta mucha cultura, mucho conocimiento y mucha lucidez. Pero fíjense que lo hacen, y cada vez más a menudo. Porca miseria. España, año 2025. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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