Estamos asistiendo en estos días, a la más irrisoria caricatura de la España actual. Estamos asistiendo a un espectáculo el cual los españoles no nos merecemos. Estamos asistiendo a unos cambios de opinión que son realmente audaces y que hacen que algunos dirigentes políticos (por no decir todos) tengan menos credibilidad que las carreras que se pegaban Oliver y Benji en esa magnífica serie japonesa del mismo nombre, y que como recordaran muchos de ustedes, eran interminables.
Estamos asistiendo a eso, a como para mantenerse en el poder no hace falta tener dignidad, ni pensamiento propio, ni criterio ni nada que se le parezca. Sólo hace falta seguir al líder supremo el cual dicta lo que hay que decir, lo que hay que pensar y cómo actuar arreglo a los anteriores puntos. Porque sencillamente es así, porque la otra opción es dejar de trincar un sueldazo público y el desmantelamiento de los muchos privilegios que conlleva el cargo de diputado en esta España deliciosa en la que vivimos.
Si hay que llamar a la amnistía de otra manera, pues se le llama. Que hay que justificar los cambios en la ley, pues se justifican, que hay que vocear que Feijoo ha perdido el tiempo y se lo ha hecho perder a millones de ciudadanos españoles, pues se vocea. Si hay que soltar al matón de turno para defender lo que ZPedro no quiso afrontar para no quemarse en la política española, pues se saca. Que hay que callar todo lo que se está haciendo para mantenerse en el poder otros cuatro años más, pues se calla y punto, porque así lo ha decidido el líder supremo de ese partido socialista, que está lleno de voceros, de pagafantas y de personas que no están de acuerdo con lo que se está haciendo, o por lo menos en cómo se está haciendo, pero tienen que aceptarlo porque todos los días hay que llevar el sueldo a casa, a costa de lo que sea y de quién sea.
Estamos asistiendo a la degradación de España y de las instituciones, porque sencillamente la separación que debería haber entre ellas, se está diluyendo colocando a amiguetes que sólo saben acercar el ascua a su sardina, porque el líder supremo así lo ha querido. Y será porque vivo en España y tarde o temprano tenía que ocurrir, ya que la política española es cómo construir una urbanización en una cañada, ya que algún día bajará el agua por ahí, aunque tarde siglos, bajará y se lo llevará todo. Pero parece ser que los políticos españoles son la raza más inmortal y destructora que existe. Inmortal, porque llevan años peleándose entre ellos, y ahí siguen, vivitos y coleando. Y destructora, porque todo lo que tocan lo destruyen sin piedad, mientras que no le saquen provecho personal al asunto.
A todo y mucho más estamos asistiendo. Pero oigan queridos blogueros, yo personalmente no sufro por lo que llevo asistido, que no es poco, sino sufro lo que me queda por asistir que no será tampoco poco, viendo el panorama político y periodístico español, que no tiene desperdicio ninguno. Todo esto me dejará patidefuá, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. Ahí es na. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
Compártelo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentalo, y dime que te parece