Una institución pública que no sirve absolutamente para nada, si exceptuamos el uso de cementerio político que le da nuestra chusma política, es raro que tenga gastos. Pero claro, estamos en España, y visto desde ese punto de vista, la cosa cambia, porque ya saben ustedes, que en este país conocido como España, porque de alguna manera hay que llamarlo, no hay monumento al sinvergüenza desconocido porque aquí los conocemos a todos. Un infeliz país donde la gente puede verse obligada a cerrar tienda o negocio por equivocarse en su gestión, pero donde nuestros políticos en vez de jubilarse y pasear a los nietos por el parque de su urbanización de lujo, siguen trincando con las manos llenas en esa institución pública conocida como senado, porque de alguna manera había que llamarlo. Pero lo peor de todo, es que la nueva chusma política que va entrando a ese lugar, ve con buenos ojos que eso suceda y por supuesto, ya hacen por donde todo se mantenga igual.
Y es que si hay algo que me sigue dejando patidefuá pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español, es precisamente que los medios de comunicación den como noticia algo que lleva años siendo así y que por muchos gobiernos que vengan, ya sean morados, rojos, azules de coalición o de que lo sea, sigan manteniendo esos beneficios y esas prioridades a los habitantes de esa institución y a la otra, que no está muy lejos del senado, y que se conoce vulgarmente como congreso de los diputados. Pero lo peor de todo, es que estos dinosaurios políticos, con el pretexto de que facilitan tu vida, se la facilitan y abaratan ellos mientras la hacen imposible a quienes no queremos que nos la facilite nadie.
Y es que el notición que me encontré en un periódico de tirada nacional, casi a bombo y platillo, fue esta: “Los políticos del senado, gastan en viajes la cifra más alta desde que los datos son públicos”. Y claro, leyendo esto, y viendo en la tele el espectáculo que dan tanto en el senado como en el otro circo político, me pregunto cómo hemos sido capaces los españoles de concentrar allí, en el senado a tantísima gentuza de tan variopinto pelaje. Porque no es fácil, no. La cosa tiene su mérito.
Y es que es lamentable ver ese lugar. Es lamentable ver como ellos se pegan la vida padre, mientras los españoles (no todos) se desloman para ganar un sueldo que casi no les permite ni llegar a final de mes para que estos senadores hagan el ridículo más espantoso cada vez que se suben a la tarima y abren la boca. Es lamentable verlos durmiendo en sus escaños, y que nadie en ese lugar ni siquiera les llame la atención o al orden. Es lamentable ver, como se gastan nuestro dinero en viajes que no sabe para qué son, ni la utilidad que tienen si es que tienen alguna, ya que los viajeros, que son los senadores, no dan más de sí para solucionar nada. Y así estamos y así vamos, cada vez peor, cada vez más arruinados (aunque ZPedro diga que la economía va como una moto, aunque supongo que será la suya) y cada vez con menos poder adquisitivo.
Pero eso, a estos diplodocus senadores, les da igual. Ellos a lo suyo, que es trincar sin tener miramientos. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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