Interrail

Las ocurrencias de este gobierno chusquero que tenemos la mala suerte de tener y de mantener, claman al cielo. Muchas veces me pregunto, si el dinero que están prometiendo a derecho y del revés lo sacan de la magia o de los impuestos de los sufridos ciudadanos. Aunque tampoco hace falta ser adivino para saber de dónde proviene ese pastizal para pisos, viviendas, avales para los jóvenes, bonos culturales e interrailes para disfrutar de esta España tan deliciosa y tan prodiga en cantamañanas. Y es en este punto del interrail en donde voy a centrar este post, y ya de paso y se me permiten la discreta chulería, daré mi opinión personal e intransferible sobre este asunto en cuestión, porque no me dirán ustedes que no tiene su aquel. 

Pero les explico. Un interrail es un tren que el gobierno quiere poner de moda, para que los jóvenes (porque todas estas medidas van dirigidas a ellos) conozcan esta España tan deliciosa en la que viven. Pero hay un problema. En España hay 8.000 municipios, Hazte un ocho mil con la tarifa Sánchez, podría ser uno de los eslóganes. Pero, como bien sabe ZPedro, hay municipios a los que llegar en tren es fastidiado porque, aunque usted no se lo crea, y viviendo en el S. XXI como usted bien sabe querido bloguero, hay pueblos españoles e incluso ciudades a los que el tren no llega. Por ejemplo, Marbella, ciudad turística por excelencia y de alto copín, Baeza, en donde está la academia de la Guardia Civil, Úbeda, patrimonio de la humanidad junto con Sabiote, Algete, por citar una localidad que el presidente conoce bien, y así se podía seguir hasta el infinito y mucho más. 

Y luego está el problema añadido en donde sí llega, pero en los cuales inicias el viaje siendo joven porque para cuando llegues ya habrás dejado de serlo, y eso lo sabe, Guillermo Fernández Vara se subió al tren en Madrid siendo estudiante de Bachillerato y llegó a Mérida con la carrera ya terminada, listo para presidir la Junta de Extremadura porque ya tenía cincuenta años. La mitad de su vida se le había ido en un solo viaje en tren. Desde entonces viene prometiendo alta velocidad y padeciendo las largas que le dan desde el gobierno central. 

Pero es muy natural que al escuchar esto del interrail español a algunos le diera la risa tonta, como a Barbón o a Revilla: ¿a los jóvenes del interrail los han medido bien para asegurarse de que cabe en los túneles o como los trenes de cercanías?. Problemas que se van acumulando en este tema del interrail y que como siempre pasa, hará que en España haya españoles con interrail y españoles sin él, aunque paguen los mismos impuestos tanto unos como otros. 

Si hubiera anunciado que llenará los embalses esta misma semana no habría habido semejante entusiasmo. La mitad del abono lo paga el Gobierno, qué generoso. A viajar, venga, a viajar. Dices: no es para que viajen, es para que le voten. A ver, es compatible. Se pueden hacer las dos cosas a la vez, ya que la magia de este gobierno es infinita. Interraril, la nueva aventura gubernamental. Que dios nos pille confesados. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

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