Ya sabíamos que algunos medios de comunicación por no decir todos, están vendidos a ciertas ideologías políticas. Hay medios de comunicación vendidos a la derecha, y otros a la izquierda, que son los rangos en donde se mueven nuestros asquerosos políticos de pacotilla que tenemos la mala suerte de tener en esta España, o como se llame esta descojonación de Espronceda en la que habitamos. A parte claro está, las cadenas y las televisiones autonómicas, que como ya se sabe bailan al son que marcan desde el sillón del gobierno correspondiente. Asumámoslo, si es blanco y está en tetrabrik, es leche.
Todo lo anterior, viene a colación porque los otros días me encontré una noticia que me dejó patidefuá, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. Y ahí fue precisamente en donde me di cuenta de la poca imparcialidad que algunos periodistas (o supuestos, porque ya hasta dudo) tienen para llevar a cabo programas informativos imparciales. Pero sino, juzguen ustedes con la noticia: “LA CÚPULA DE PODEMOS Y LA CÚPULA DE LA SEXTA, PILLADOS CENANDO EN UN RESTAURANTE DE LUJO”. ¿Cómo se puede ser imparcial?. Claro, luego ves ese programa en cuestión y ves claro muchas cosas y entiendes muchas cosas.
Sí, son de izquierdas, pero de gustos refinados. Nada de los antiguos símbolos comunistas de la hoz y el martillo, los revolucionarios de hoy son más de la hoz (si es que saben lo que es eso) y el Martini. Ya no se reúnen delante de las fábricas como antes, sino que hacen sus reuniones en sitios de burgueses, con whisky de malta y habano de madrugada. Socialistas de salón y visa oro.
La reunión o cena semiclandestina de la cúpula de Podemos, con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón a la cabeza, con el equipo directivo de informativos de La Sexta formado por el periodista Antonio García Ferreras (director de al rojo vivo, ojo al matiz) y el director de la cadena, César González Antón a la cabeza compartieron mesa y mantel, sólo a la altura de los bolsillos y paladares más selectos. El menú degustación en el Sudestada (restaurante donde se cenó) no baja de los 50€ por persona. La cena de la clandestina reunión, culminada con cuatro caipirinhas, ascendió hasta los 250€. No ha trascendido quien pagó, ni lo sabremos jamás. Sólo se sabe, que es más o menos la mitad de lo que gana un parado español de larga duración... en un mes. Los bares de polígono y las camisas de Alcampo son sólo para la foto.
Sino se creen lo que les he contado, pueden ver la foto de la cena reunión en el enlace* de más abajo por si hay algún escéptico. Que los habrá. Ya no hay periodismo imparcial. Lo que nos faltaba. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
*PD: mira la foto AQUÍ
Compártelo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentalo, y dime que te parece