Lo he retenido

Hace ya una semana que se celebro el día de la Constitución, y hoy me ha venido a la memoria una escena que dieron los telediarios de ese día, y que ahora sé por qué lo he retenido en la memoria. 

Como es la memoria, como es la mente humana que cuando hace falta algo no sabe cómo actuar, pero cuando está tranquila o hay algo que justifique el recordar, zas, lo hace y no importa el momento ni en el lugar. Y el detalle no es que faltaran a ese acto los socios de gobierno de ZPedro, como tampoco lo es la foto que publicó el portavoz del PNV ese día desde Canarias para pitorrearse de ese día tan señalado, no. Fue la lectura de un artículo de la Constitución llevada a cabo por un niño, elegido a seguramente al azar entre tanto niño estudiante, lo cual me llevo a darme cuenta del detalle que les voy a colocar. La verdad que la lectura en sí no fue tampoco el detalle, sino como aplaudían todos los presentes en ese acto, incluyendo a nuestra vomitiva chusma política, la cual lo hacía con auténtico énfasis, como si ver a un niño leer bien (y este es el detalle en concreto), fuera algo excepcional, algo fuera de lugar en una España en la cual se puede pasar de curso sin aprobar y sacar una carrera universitaria sin estudiar, gracias a las leyes que hay en este país, que hace posible que lo anterior sea posible. 

Eso fue realmente el detalle que se me vino a la mente ayer mientras estaba enjuagándome el gaznate con unos buenos amigos. Me daba vueltas la idea, hasta que algo hizo clic en mi mente, y me llevo a ver con nitidez el detalle, el cual me ha llevado a exponerlo hoy por escrito, intentando cuando lo hago, que por lo menos se me entienda y se sepa interpretar el mensaje que quiero transmitir. Ya lo dijo el filósofo Max Stirner: “El Estado no te da la educación que necesitas, te da la que él necesita que tengas”. Por eso, si alguna vez en España hubiera un juicio de Núremberg sobre la educación, en este país faltarían sogas, pero muchas. 

Porque claro, viendo en la tele el espectáculo que daban antes de entrar y después al salir nuestros políticos, o lo que sea esa gentuza barriobajera, me pregunto cómo hemos sido capaces los españoles de concentrar allí, en ese día de la Constitución u otro cualquiera dentro del circo de la Carrera de San jerónimo y dentro del otro circo situado en la Plaza de la Marina Española (incluyendo los que se ausentaron por no tener nada que celebrar, aunque la Carta Magna haga posible que hagan lo que hacen), a tantísima gentuza de tan variopinto pelaje. Porque no es fácil, no. La cosa tiene su mérito y mucho, ya que si los españoles nos pusiéramos acaso hecho a hacerlo, seguramente no nos habría salido tan bien esa concentración. 

En fin, espero haberme explicado con meridiana solvencia o claridad, que para el caso es casi igual. Los detalles es lo que hace que se retengan las cosas y hace posible darse cuenta de cosas que sino fuera por ellos nunca nos daríamos. Ahí queda eso. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.

 

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