En esta España en la que me ha tocado vivir, no hay monumento al sinvergüenza desconocido porque aquí los conocemos a todos. Un infeliz país donde la gente puede verse obligada a cerrar tienda o negocio por equivocarse en su gestión, pero donde ningún banco ni banquero, ni político, que llevan años equivocándose en la gestión irresponsable de un dinero que ni siquiera es suyo, pagan el precio de sus errores. Nunca.
Y les digo todo lo anterior, porque hace unos días, me pare a tomar un café en un bar, un bar como los de toda la vida, como dios manda, con sus albañiles, sus moscas y sus borrachos de plantilla. Y encima de la barra, olvidado en un rincón había un periódico al cual nadie en ese lugar le hacía caso. Pensé que el dueño lo compraba por la mañana antes de abrir el local, y mientras se tomaba un café, lo leía y cuando lo hacía lo dejaba ahí, por si algún parroquiano le interesaba leer, aunque fuera bazofia.
Y ahí fue donde me encontré el titular, el cual decía: “Yolanda Díaz gasta 55.000€ en vender el éxito de la reforma laboral. La ministra de trabajo despliega una campaña en radio, tele y redes sociales para promover la recuperación de la ultra actividad indefinida, es decir, el aumento de los contratos fijos”. Me quedé de una pieza.
Gastar un dinero que ni siquiera es suyo en dietas, complementos, sueldos, móviles, coches, aviones, helicópteros, hoteles y en todo lo que ellos quieran y además sin que la mitad de ese dinero cotice a la hacienda pública, puede tener un pase, pero gastar en hacer publicidad por tu trabajo o por lo que supuestamente tu ministerio debe de hacer, eso es harina de otro costal. Es simplemente, utilizar como cortina de humo eso para tapar sus vergüenzas y sus propios fracasos y que no se hable de los problemas reales que tiene España.
Por otro lado, este gobierno y en concreto este ministerio, tiene a los sindicatos (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales, aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) comprados y comiendo de la mano de Yolanda Díaz, con lo cual, mucha parte del trabajo que realiza ese ministerio, está ya más que hecho con el silencio de estos come mariscos. No sé si me entienden.
Pero es lo que tenemos, que no lo que nos merecemos. Pero aquí en este desdichado país, no merece la pena meterse en ciertos berenjenales, no supone la pena enfadarse por nada, no merece la pena ni siquiera preocuparse por esta panda de ineptos y de moñas, aunque nos saquen las tripas a impuestos. Mientras que hay entretenimiento, tengamos para salir un sábado a tomarnos algo, tengamos para disfrutar aunque estemos apretados, lo que hagan nuestros mandamases nos importa absolutamente nada. Y si se paran a pensarlo, esa es la cruda realidad. Por supuesto puedo estar equivocado en mi diagnóstico, pero es el mío y así se lo hago saber desde esta página de este blog pecador. Mientras nuestros queridos dirigentes, dirigentes y dirigentos, pues gastando todo lo que pueden y más. España, año 2022. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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