Como todos los años, y como todos los meses de septiembre, hay algo que regresa. Las colecciones. Y como todos los años, no defraudan. Las editoriales se tiran a la piscina de las ventas, aunque no haya agua, y me pregunto si éstas, saben bien lo que hacen, ya que, a fin de cuentas, una editorial está para ganar dinero.
Sí, eso es lo que muchas veces pienso, que si ganan dinero con tantas colecciones. Que si la del cuerpo humano (ésta en una clásica), que si la de los camiones americanos, que si la de construye tu propio avión, coche o lo que sea que tengas que construir, que si la de los insectos, que si la del aire que pasa por tu nariz, etc, etc, etc. La lista es inagotable, tan inagotable como cosas sean susceptibles de coleccionar.
Pero también me pregunto (como todos los años), si hay coleccionistas para tanta colección y si hay algún coleccionista que empieza una de ellas y la acabe entera, ya que las entregas se pueden hacer interminables y se puede dar el caso en muchas, de que se empieza en septiembre, y se puede acabar en agosto del siguiente año, con lo cual se junta una colección con otra.
Luego está la letra pequeña de las colecciones, ya que la oferta de lanzamiento es muy barata para enganchar a la gente, pero que luego y ya la segunda entrega, aumente considerablemente el precio de las piezas a recibir cada semana en el quiosco de turno.
Otra cosa que también me llama mucho la atención y que no llego yo a ver, es si alguien en un momento determinado decidiera dejar de comprar esa colección ya empezada, cual sería los problemas a los que se puede enfrentar. Hablo desde mi ignorancia, pero a lo mejor, a las editoriales que les ocurra esto, tendrán en mente alguna solución (jurídica seguramente), para no tragarse las piezas que ya tendrán compradas a proveedores y que seguramente ya no puedan vender porque alguna persona ha decidido no terminar esa colección pesada, cara e inútil. Y será que porque vivo en España, se puede dar esa circunstancia, que a lo mejor no es así, pero que me gustaría averiguar para ver qué consecuencias tiene e dejar de comprar una colección.
Yo en mi vida sólo he hecho una, lo confieso. Y es una maravilla de colección que estaba dedicada a los juegos de ingenio, en la cual, todas las semanas traían un juego diferente hecho en madera, con sus explicaciones y su historia de cada uno, y que ha dia de hoy, conservo con mucho cariño en el mueble de la casa y a la vista mía y de las personas que me visitan. La verdad, que estoy orgulloso, aunque fuera interminable (12 meses me duro el trago), y más de la mitad de los juegos, no haya podido jugar todavía con ellos.
Pero bueno, hay veces en que hay que ser un poco friki, y esa ha sido la única vez en mi vida, que lo he sido, por lo menos en esto de las colecciones. España, año 2021. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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