La semana pasada asistimos otra vez a la decepcionante celebración del 1 de Mayo por parte de unos sindicatos (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) y unos sindicalistas vendidos al mejor postor, que en este caso, como siempre, es el gobierno que más los unte con un dinero de todos los españoles, seas sindicalista o no lo seas, que ese es el gran fraude.
Agarraron el megáfono igual que se aferran a sus sillones los líderes de los dos sindicatos más políticos del país, Sordo y Álvarez, le vocearon al gobierno socialista lo que tiene que hacer y el Gobierno no les ha hecho ni caso.
Si el presidente ZPedro aguanta en el cargo estos cuatro años, seguro que le acaba cayendo una huelga general porque no ha habido presidente en España que no haya tenido la suya. La tuvo González, la tuvo Aznar, la tuvo Zapatero y la tuvo Rajoy. Si usted solo se acuerda de las de Felipe y Aznar no se apure porque nos pasa a todos, y eso es simple y llanamente, porque aquellas huelgas tuvieron algún efecto, a diferencia de todas las que vinieron detrás.
En su único día de gloria del año, y el único día que se les ve el pelo al lado de los pocos currelas que asistieron a ese montaje cirquense que organizaron, ya que medio Madrid estaba de puente, los jefes del sindicalismo patrio se dieron el gusto de aparecer como influyentes estrategas políticos. Censuran que la patronal pretenda influir en las decisiones de ZPedro. Porque para eso, para meterle presión a ZPedro ya están ellos, siempre prestos a interpretar lo que ha expresado la sociedad en las urnas.
Cuando las elecciones las gana la izquierda los sindicatos exigen que se atienda a esa mayoría, cuando las elecciones las gana la derecha los sindicatos exigen que no se la atienda. Pura estratagema sindical, aunque por los dos bandos reciben suculentas subvenciones que les hacen vivir a cuerpo de rey durante todo el año.
Más de lo mismo por parte de estos sindicalistas gandules, vividores y faltos de iniciativa para sacar adelante cualquier derecho de cualquier trabajador de este país desdichado conocido como España, porque de alguna manera hay que llamarlo. Mientras ellos viven a cuerpo de rey, como digo, la reforma laboral hace estragos entre la clase trabajadora. El Estatuto de los trabajadores no se cumple ni por error en la mayoría de las empresas, muchos convenios colectivos están a expensas de ser aprobados por estos sindicalistas que miran más su bienestar y sus prioridades que las de los trabajadores que dicen defender. En definitiva, nada nuevo bajo el sol.
Muchas veces lo he dicho, lo digo y lo seguiré diciendo, si estos golfos gandules vivieran sólo y exclusivamente de las aportaciones de sus afiliados, otro gallo cantaría, entonces, y sólo entonces (aunque sea una quimera) los veríamos mover sus enormes culos por ayudar y defender a capa y espada los derechos de los trabajadores. Pero con este sistema que me llevan, de ser casi funcionarios, verdes las han segao, como ustedes están viendo. Por eso, cada 1º de Mayo, pasa sin pena ni gloria. Entonces, ¿sindicatos para qué?. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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