No me importa

Cuando miro atrás sobre cómo hemos llegado a esto, a que una democracia de cuarenta años en uno de los países con más larga historia en Europa se vea en la que nos vemos, me llevan los diablos con la podredumbre moral de una clase política capaz de prevaricar de todo, de demolerlo todo con tal de mantenerse en el poder aunque sea con respiración asistida. De esa panda de charlatanes, fanáticos, catetos y a veces ladrones (con corbata o sin ella), dueña de una España estupefacta, clientelar o cómplice. De una feria de pícaros y cortabolsas que las nuevas formaciones políticas no regeneran, sino alientan. 

Las elecciones ya han pasado, pero la permanente campaña electoral en el que los partidos políticos nos tienen siempre metidos, es muy desalentador. Fíjense ustedes que ni nombro el ganador, porque según al líder político que le preguntes, el ganador es él, y nunca reconocerán una derrota. Es más de lo mismo, ganen o pierdan ellos siempre son los que se llevan la victoria, la misma que aprovechan para vivir del sudor de los ciudadanos que ellos, los políticos de mierda que tenemos, dicen defender. 

No sé qué ocurrirá de aquí en adelante, ni tampoco tengo ganas. Si pudiera me iría de viaje durante un año, pero eso sí, con la dosis de vergüenza añadida de quien está en el extranjero y comprueba que lo miran a uno con lástima, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate. Por eso, los malos ratos que esos días (si pudiera pasarlos) voy a pasar, se los agradecería a tres grupos de compatriotas, a saber: los oportunistas, los cobardes y los sinvergüenzas. Hay un cuarto grupo que incluye desde ingenuos manipulables a analfabetos de buena voluntad, pero voy a dejarlos fuera porque esta página tiene capacidad de aforo limitada. 

Oportunistas, porque parece que se dedican a cazarlas al vuelo sin mover un dedo y a estar en el momento justo en el lugar adecuado para colgarse las medallas. 

Cobardes, porque ni uno ni otro son capaces de coger el toro por los cuernos y solucionar los problemas reales de los españoles en el actual S.XXI. 

Y sinvergüenzas, por no decir una verdad, por no cumplir una promesa, porque en campaña electoral se acercan a los ciudadanos pero luego cuando tienen sus sillones mandan a los guardaespaldas para quitarse a los votantes de encima, por ser unos privilegiados con tanto sueldo y tanto emolumento mientras sus ciudadanos las pasan putas por llegar al final de mes. 

En fin, y ya para resumir, me da exactamente igual quien gobierne, me da exactamente igual el ganador o ganadores del domingo, aunque lo sepa, me da igual todo lo relacionado con estos políticos de mierda que tenemos en este país, porque para ellos lo importante no somos nosotros, sino sus prioridades y su propio estado del bienestar, lo demás para ellos no tiene importancia. 

Sólo espero que nos dejen vivir tranquilos a los españoles normales, ganando su sueldo y no estrujándolos más. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

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