Hace más de una semana que se celebraron las elecciones andaluzas, y todavía está la reina de las Marismas lloriqueando su derrota y diciendo por las redes sociales unas jartas de tonterías dignas del mejor Dani Mateo que se precie.
Esta mujer, todavía no se ha dado cuenta de que ya no va a gobernar, por mucho que insista en sus gilipolleces. Hay que saber perder, y cuando eso ocurre hay que echarse a un lado y dejar paso al nuevo inquilino del palacio de San Telmo, y por supuesto, dejar de decir barbaridades como que los votos a VOX no deberían ser computados para que así pudiera haber ganado. Como no. La demócrata Susana Díaz en estado puro.
Pero a lo largo de la historia han sido muchas las veces que la izquierda se ha llevado descalabros electorales inesperados y que ellos han sido incapaces de asumir. Siempre que ha sucedido, los líderes de la izquierda han dado unas justificaciones tan peregrinas como absurdas. Quedan así retratados como unos auténticos dictadores en potencia, ni saben perder unas elecciones y se creen con el derecho absoluto de ganarlas siempre.
Tras el resultado electoral en Andalucía, Susana Díaz ha hecho una de las declaraciones más increíbles, absurdas y déspotas que seamos capaces de recordar de líder político alguno en la historia reciente de España. La todavía presidenta andaluza ha dicho lo siguiente: Si usted quita la extrema derecha es evidente que hay una mayoría de izquierdas en Andalucía. Eso es evidente. Si usted computa a la extrema derecha, entonces ya está naturalizando a la extrema derecha. Sencillamente increíble.
Es decir que, Susana Díaz es una firme defensora de aquella máxima que decía que si mi abuela hubiera tenido ruedas no habría sido mi abuela, habría sido una bicicleta. Y peor aún, le habría gustado que no se hubieran computado los votos que no hubieran ido a parar a su partido con la justificación de que, como según ella son de extrema derecha, no tendrían derecho ni a que hubieran sido computados.
Es decir, hacer lo que haga falta para que hubiera sido ella la vencedora final en las elecciones andaluzas. ¿Se puede tener la cara más dura que esta tipa? Sí, pero para ello te tienes que llamar ZPedro Sánchez.
Es lo que toca, irse aunque cueste asimilarlo. Siempre se ha dicho que el que gana es el que se lleva todos los honores, el segundo es el primer perdedor y a partir del tercero eran sólo participantes, y eso es lo que ha pasado en Andalucía, pero con una excepción, que la ganadora no llega a ganar del todo, con lo cual se tiene que ir al no sumar los escaños necesarios para seguir mangoneando a su antojo en su cortijo particular que es Andalucía.
La reina de las marismas tiene los días contados, y desde Férraz han roto el espejo en el cual se miraba ZPedro. Es lo que tiene no llegar a ser el primero. Toca hacer maletas, y romper papeles en las trituradoras. España, no hay más que decir. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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