Hoy queridos blogueros, empiezo el post con una pregunta bien sencilla. ¿Saben ustedes como se llama la Ministra de Justicia?. Seguramente habrá muchos de ustedes que sí, pero la gran mayoría no tiene ni la más remota idea de cómo se llama y seguramente habrá otros blogueros que habrán tirado de internet para saber el nombre de esta ministra oculta a la realidad española.
Pues bien, todo esto viene a colación, porque la ministra de Justica representa ahora la quijotesca femenina. Es una persona que admira al ex juez, durante unos años, Garzón, otro quijote que quería juzgar al General Pinochet chileno por dictador y también a Franco por dictador, como si no tuviera cosas más importantes que hacer este juez estrella mientras lo fue.
Hay un refrán que dice que a quién mal árbol se arrima mala sombra le cobija. Ustedes se acordarán de la quijotada zapateril esa de que España es nación de naciones. Pues bien, lo que le pasa a la ministra de Justicia, la pobre, y siendo la primera vez que hablaba en público, soltó una quijotada diciendo que la justicia belga puede juzgar al Magistrado español Llarena y que encima éste se lo pague de su bolsillo. Como no puede ser de otra manera, estas palabras le dió dolores de cabeza al impostor presidente de gobierno, porque él sin saberlo le hacen ver que es antidemocrático, por lo de separación de poderes, y le hizo retirar la palabra a la ministra, cosa que ha pasado a lo largo de este verano, aunque al argentino Pablo Echenique de Podemos, no le hiciera la más mínima gracia.
Hay que ver la imagen de contrariedad y tristeza de dolor, en absoluta depresión que se le quedó a la ministra de Justicia. Es una mujer de 55 años, se entiende ya madurita. Recuerdo que cuando fue nombrada ministra de justicia de España parecía que se iba a comer el mundo, pero al contradecirle ZPedro en su quijotismo de su aspiración a la justicia universal, se ha venido abajo la pobre.
Ella, Fiscal, se cree estar por encima del Derecho y dictamina como juez a lo Garzón qué jueces y de qué país, si belga, alemán, sueco…, deben juzgar al juez Llarena imputados con falsedad por los golpistas de Estado catalanes amarillistas, que no son otros que toda la chusma conocida como Puigdemont, Ponsatí y Puig, color que en Europa se identifica con cobardía, como son estos huidos de la justicia española, y el no pago de la defensa por Estado español. Y les quita a la justicia española, el tercer poder independiente del estado democrático, su poder, porque lo dice la quijote de la ministra. Pobre mujer y fiscal, con delirios de grandeza universal y si no se nos deprime en su sillón del Congreso cómo hemos vistos en imágenes de prensa.
Es para que ustedes vean el caos y la descoordinación en el que el gobierno español está metido. No se vayan a pensar ustedes que se me ha olvidado decirles el nombre de esta auténtica desconocida, que ha llegado a ser ministra de Justicia. La susodicha se llama Dolores Delgado. Ahora van y lo cascan. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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