Lo que pasa en este país de pandereta no pasa en ningún otro sitio. El dicho ese que dice que en todos sitios se cuecen habas, es mentira, ya que en los países de nuestro entorno lo que pasa con los sindicatos no tiene nada que ver con lo que ocurre aquí, en parte porque por esos países viven de la cuotas de sus abonados y no de la subvenciones que el gobierno de turno les atiza de mis impuestos a estos sinvergüenzas ladrones y vividores.
Esta es la noticia que me encontré en el bar y que me dejó patidefuá, (donde desayunaba mientras estaba de vacaciones) pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. La noticia decía así: “UGT pagó habitaciones de hotel de viajes de Cándido Méndez con facturas falsas, gracias al bote del sindicato” (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo). “Las habitaciones disfrutadas por Méndez formaban parte de los gastos no justificables del sindicato que se incluían dentro del denominado bote de la organización sindical”. Ahora van y lo cascan.
Por otro lado el amiguete Manuel Pastrana, líder de este sindicato ladrón en Andalucía, también viajaba por la pati y lo hacía acompañado de Lola Gavilán, secretaria de la Mujer y vicepresidenta general de Relaciones Socio-Laborales. Ahora si tienen valor van y lo cascan.
Pero el señor Pastrana no sólo se limitaba a viajar por la pati, sino que también es buen informático por lo que se ve, ya que creó un software específico para defraudar. Se trata del programa SPYRO, que consistía en un control de las diferencias entre las facturas emitidas por una serie de proveedores y lo verdaderamente servido. Ahora si siguen teniendo ganas y valor lo siguen cascando.
Hay que ver la poca vergüenza que tienen estos vándalos. Personas dedicadas o supuestamente dedicadas a ayudar a los trabajadores, y que luego roben, manipulen, defrauden y usen para su uso personal un dinero destinado a cursos de formación para los trabajadores que ellos dicen defender. Para estas cosas, el Cándido Méndez no se fija en los países de nuestro entorno como hace para otras cosas. Se limita a ver, oír y callar. El tipejo este no sabe nada de lo que pasa en la UGT-A, o no quiere saberlo porque si lo supiera tendría seguramente que dimitir (cosa poco probable en este país en donde nadie dimite por nada) y eso para su estabilidad económica sería un serio problema. En esta España llena de golfos, malandrines y chorizos de alto estanding, hacer lo que hacen es normal, es decir, lo ven como algo que va incluido en el sueldo. No le tienen miedo a la justicia, no le tienen miedo al qué dirán, no le tienen miedo a qué nadie les haga caso, y todo esto lleva a la situación inadmisible a la que están llegando. Son unos miserables y casi nadie confía en ellos salvo los que viven de ellos.
Personalmente me importa una mierda lo que hagan, pero lo que ya no me importa es que el gobierno de turno me chorice mi dinero para dárselo a esta gentuza en forma de subvenciones. Pero amigos estamos en España y eso ya dice mucho de muchas cosas y es por eso por lo que nadie hace nada para remediar esta situación, ya que la justicia es un pitorreo en este país cuando se trata de meterle mano a esta clase de gentuza, y lo vemos día sí día también en los medios de comunicación. Recuerden que ROBAR ES DELITO, PERO SÓLO PARA LOS POBRES. Esto es España, que no se les olvide ese matiz. Porca miseria. Entonces, ¿sindicatos para qué?. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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