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miércoles, 13 de septiembre de 2023

No sé cómo actuar

El caso Rubiales, que todavía sigue coleando y lo que te rondaré morena, ha puesto en evidencia que según quién de los besos, así se actúa. También ha puesto en evidencia, que dar un efusivo abrazo, un beso o algo a una mujer en el ámbito que sea, te puede arruinar la vida más incluso, que robar el Banco de España. Yo ya estoy dudando, si el tener compañeras de trabajo es rentable, e incluso si puedo acercarme a ellas sin que me ocurra nada, visto como está el panorama. 
Ni que decir tiene, que tengo compañeras de trabajo y no he tenido nunca problemas con ellas, porque hay respeto y sé quién es cada cual y sé que hay momentos en los que hay que saludar, hay momentos en los que hay que despedirse, hay momentos en los que hay que felicitar e incluso hay momentos para tomarse unas cañas. Pero visto lo visto, desde lo del beso de Rubiales, tengo mis ciertas dudas razonables. 
No sé ahora cómo actuar, se lo digo con todo el sentimiento que supone eso hacia las compañeras, porque si actúo con esa frivolidad, también pueden pensar lo que no es, y además no sería yo, pero las circunstancias hacen que me piense mucho incluso rozarlas sin querer. 
Hasta ahí llega mi obsesión por esta situación. Una situación que a todos, todas y todes se nos ha ido de las manos, aderezado todo por unos medios de comunicación inflexibles con el machaqueo del machismo y hundiendo a Rubiales en la miseria, cuando han podido hacerlo con otros muchos casos de malversación, trapicheos en la federación y con Piqué. Pero no, ha tenido que ser el besito (consentido según él, no consentido según ella) el que ha tenido que hundirlo. 
Tener a una mujer ahora mismo delante es un dilema, y de los gordos. Muchas pensarán que soy un exagerado, pero yo creo que para nada lo soy. Si estas con una y se pellizca o se hace sangre y viene la policía, esa noche duermes en el calabozo. Si le das un abrazo, y ella dice que no es consentido, esa noche es el fin de tu bienestar. Si una noche sales de fiesta y se te ocurre ligar con una chica y a ésta se le ocurra cualquier maldad, se presenta la policía y esa noche duermes en el calabozo. Así está la cosa, o así la interpreto yo, que no difiere mucho de la realidad a la que estamos llegando. 
No todas ni todos son así, por suerte. Todavía hay gente que les gusta lo de antes, gente que añora el decir piropos a una mujer hermosa y a ésta recibirlos, gente a la que les gusta el galanteo y que se lo hagan, gente en definitiva normal, como las de antes, como dios manda. Con esto no me refiero a volver a tiempos en los que la mujer no podía salir de casa sin el consentimiento del marido y esas cosas, NO, me refiero a hace unos años en donde todo era normal, en donde las personas disfrutábamos de la compañía de una mujer y ésta de la de un hombre, porque antes había libertad, y no como ahora, que de tanta ley inútil, acompañada de unos medios y de unas instituciones que impulsan ese feminismo mal entendido, hacen que los hombres dudemos de cómo actuar ante una mujer. Lamentable sí, pero es lo que hay y tiene pinta de no parar. Qué tiempos aquellos. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

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