Se va a otro sitio

Estamos en el año 2023. Toda Hispania está pasando por grandes esfuerzos para llegar a final de mes…¿Toda?, toda no, una aldea poblada por irreductibles políticos y sindicalistas (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) resiste todavía y siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de trabajadores y familias que cobrando un sueldo y teniendo que trabajar hasta los 67 años no tienen para llegar a final de mes, mientras los irreductibles políticos y sindicalistas van de la mano en poner ese tope a la edad laboral, si llegan a final de mes más que sobrados gracias en parte a los impuestos de las guarniciones de los trabajadores/as españoles/as. 

Pero me pasa muchas veces, que hay días en los que tras ver la tele, mirar los periódicos o escuchar la radio, cualquiera que pueda hacerlo, se pregunta qué hace aquí en vez de estar viviendo en otro sitio. Y me pasa más veces de lo que yo quisiera, pero es que esta chusma que tenemos en muchas instituciones, incluidas las sindicales, porque cabe recordar que están vivos gracias a las subvenciones que les atiza el gobierno, hace que esa sensación se acreciente. 

Miro con mucha envidia lo que está pasando en Francia con las manifestaciones en contra de la subida de la edad de jubilación de los 62 a los 64, la que están montando los sindicatos, así con dos cojones y sin achicarse ni bajar la cabeza ante el gobierno de turno que no cede ante su propuesta, lo mismo que los sindicatos. Aquí sin embargo, el gobierno sube la edad de jubilación de los 65 a los 67 y estamos quietos, sólo quejándonos en los bares con los colegas y además para más pitorreo, los sindicatos aplauden la medida sin esconderse. 

Pero lo peor de todo esto, es que encima algún líder sindical se ría de nosotros, cosa que ha hecho el líder de la ugt, el conocido Pepe Álvarez al hacer lo que ha hecho, que no ha sido otra cosa que “manifestarse el jueves pasado contra la reforma de las pensiones en Francia (ojo al detalle), donde ha destacado que en España se han subido las cotizaciones de los que más cobran a través del diálogo social”. Ahí está nuestro sindicalista, apoyando a los sindicatos franceses por la medida, pero agachando la cabeza en España y esperando las caricias del gobierno como buen perro fiel que es y será este sindicalista de tres al cuarto. 

La poca vergüenza abunda entre esta nueva casta sindical, la cual apoya los currantes de fuera de España, en vez de apoyar a los suyos, cosa ya inaudita e inexplicable. O sí tiene explicación. Así que me limitaré a opinar, después de lo visto y de lo leído en España, mi impresión personal e intransferible, que no es otra de que mantenemos a unos sindicatos vendidos, mantenemos a unos políticos que sólo saben jodernos, mantenemos un sistema que llegará un momento que no dará más de sí, y eso hará posible que todo se venga abajo y será entonces cuando veremos a todos estos subvencionados poner pies en polvorosa hacia sus lugares de ensueño con los impuestos de los de siempre. Entonces, ¿sindicatos para qué?. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

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