Cuando se pierde el tiempo en tonterías y en pensar en todo menos en lo que se tiene que pensar, lo que sale se conoce como ocurrencia. Pero ojo, hay ocurrencias que son dignas de grandes pensadores y que han llevado a grandes avances para la humanidad, y otras que sólo son eso, ocurrencias sin más, tan simplonas como el que las propone. Si a eso además le añadimos el coste que esa ocurrencia puede tener, pues ya la cosa se va acotando a unos pocos políticos. Si a eso además le añadimos que esos políticos son de España, pues ya la cosa toma forma y esa forma define el color político del que dice la ocurrencia.
Despido “reparativo” es la nueva ocurrencia de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz (en adelante Yoli). Una ocurrencia como otra cualquiera, que no está mal como idea, pero que luego al dictar la ley que pueda acompañarla es donde la ocurrencia llega a convertirse en un disparate, ya que al parecer a la hora de redactar leyes, esta gente no es muy fina que digamos.
Pero, ¿qué es el despido reparativo? Pues según he podido sacar de un sitio y de otro, no es otra cosa que defender que los despidos deben reparar el daño causado y tener en cuenta la situación de cada empleado. Yoli se mostró dispuesta a modificar las condiciones de despido en España y encarecer las indemnizaciones por despido improcedente. Se considera despido improcedente cuando el empresario no cumple con las formalidades legales para despedir al empleado. En este supuesto, la justicia puede ordenar la readmisión del trabajador o la extinción del contrato con una indemnización de 33 días por año trabajado, con un límite de 24 mensualidades.
Yoli considera que, con esa compensación, hay empresas a las que, aunque puedan recurrir al despido objetivo e indemnizar con 20 días por año trabajado, les sale a cuenta despedir usando una indemnización de 33 días por año trabajado. Por eso la Yoli aseguró que el Gobierno abordaría la indemnizaciones según el impacto que el despido puede tener en la vida de las personas, y esta parte es la que Yoli quiere mejorar, y de ahí su ocurrencia pensando en esto. Les repito, no está mal como idea, pero luego hay que llevarla a cabo, y es ahí en ese trámite donde vienen los disgustos de las ocurrencias.
Por eso, cuando los oigo, los leo y los veo, pienso que esta casta conoce mejores drogas que nosotros, y que muchas veces se puede confundir con la izquierda de verdad, con la de toda la vida, que por desgracia casi ya no existe, pero que no hay que confundir con la otra izquierda elemental y analfabeta, por desgracia la más visible, que se mueve a base de simplezas, tuiteos y lugares comunes en la vida política y las redes sociales de esta España tan pródiga en cantamañanas, idiotas y payasos. Por eso, les aviso de que no hagan mucho caso a esta nueva ocurrencia de la Yoli, pero que aun así me reitero en que como idea no está nada mal. Pena me da cuando la redacten, si es que lo hacen para que todo salga tan bien como se le ha ocurrido a la Yoli. Ya se verá. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
Compártelo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentalo, y dime que te parece