La imagen es impactante. Se ve al joven sentado, riéndose o casi. Detrás de él, se ve un cuerpo tirado en el suelo, tapado con una manta de esas térmicas para que no se vea el mismo. La zona está acordonada por la policía y dentro de ese cordón policial, se ve a dos policías observando el cadáver y la situación que hay, seguramente preguntándose, como es posible que en el siglo XXI, todavía haya gente que mate por creencias religiosas, como hay gente que se radicalice de esa manera tan agresiva, como hay gente que puede seguir a pies juntillas lo que un fanático desde un púlpito expresa creyéndose dios, como hay gente que puede hacer cosas así por el simple hecho de ver a esos fanáticos por internet. Pero la policía cae ante la evidencia, hay gente así.
Pero lo peor es el silencio que desde ciertos ministerios ha habido sobre esta cuestión. Un silencio ha bajado del Gólgota. Un machete de grandes dimensiones fue el arma que este marroquí, llamado Yasin Kanza, diseño para darle muerte al sacristán de la Iglesia de la Palma en Algeciras. Anteriormente, no se sabe si por desconocimiento, al parecer, se fue a otra iglesia, posiblemente intentado hacer lo mismo que con el sacristán de la iglesia de la Palma. Los primeros días, es decir el 25 y el 26 de este mes de enero, hubo muchas controversias, debates sobre si era un loco, un desequilibrado. En esos dos días, como sigue ocurriendo hasta ahora (si ha cambiado la situación, espero que me disculpen) el silencio del Gólgota se apoderó de Grande Marlaska, ese juez tan increíble cuando ejercía de ese oficio, y el nefasto e impenetrable ministro del Interior del gobierno que es ahora, y que estuvo, está y seguramente estará silencioso con este caso. Yo creo que es para no soliviantar al vecino del país de Marruecos. Y seguro que también, para no intranquilizar a sus buenos vecinos españoles, entre los que me encuentro. No como amigo, pero si como español.
La disparidad de criterios sobre esta masacre, sea un loco, un desequilibrado o un yihadista, ha sido estos días exasperantes, indignantes de ese silencio del calvario, manifestado por el ministro. El miedo en estos días ha sido de una intranquilidad, ya que se sabe, y lo hemos visto anteriormente en otras ocasiones y en otros países de nuestro entorno al cual se fijan muchos nuestros dirigentes cuando les interesa a ellos, que estos musulmanes, pocas veces actúan solos.
La investigación sobre el ataque yihadista, indica según fuentes policiales, que actuó como lobo solitario. Kanza se habría radicalizado en los últimos años y tenía un expediente de expulsión de España desde junio de 2022, para colmo de males. Desde este mismo instante, las reacciones por parte de los distintos líderes políticos no tardaron en llegar y, ayer mismo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, acudía al lugar de los hechos. Eso sí, envuelto en polémica. El silencio del calvario, si hablara diría que, este musulmán tenía un expediente desde junio de expulsión de España. Pero como las cosas de palacio, me refiero a la Moncloa, van despacio, pues el más tonto del circo ha sido el que ha dejado 8 meses a este marroquí de vacaciones para que visitase España. En fin. España, año 2023. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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