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miércoles, 21 de septiembre de 2022

Equivocándose otra vez

Alberto Casero, el famoso diputado del PP que se equivocó en el voto telemático votando a favor de la reforma laboral del gobierno actuar, la ha vuelto a cagar. Sí queridos blogueros, como lo leen. 
Pero no se vayan a pensar ustedes que a este tipo lo ha quitado su partido del sillón del circo de la Carrera de San Jerónimo. Quía. Sigue ahí trincando y haciendo el vago como si nada hubiera pasado, por lo menos a la fecha de escribir este post en este blog pecador. 
Eso de apartar a un tipo así de un escaño, sólo pasa en los países serios, pero recuerden que esto es España, un matiz nada baladí a la hora de entender ciertas cosas, en un peculiar país en el cual nuestra casta es diferente, y tenemos unos políticos mediocres, sin preparación ni sentido del ridículo. Analfabetos a los que el azar, el esperpento de un país asombroso como es Hispania, sitúan en puestos que les permiten tomar decisiones tan limitadas, tan miserables como su propia altura. 
Esta vez Alberto Casero se ha equivocado ni más ni menos que “en votar a favor de investigar al gobierno de Rajoy por la operación Cataluña”. Toma del frasco, Carrasco. Y gracias a ese error, el circo de la Carrera de San Jerónimo vulgarmente conocido como ustedes ya saben, como congreso de los diputados, ha creado una comisión de investigación sobre Fernández Díaz. 
6.000€ Al mes, mas todos los beneficios por ser diputado gana este tipo, este Alberto Casero, este personaje que sólo sabe dar disgustos a los parlamentarios pperos y a su jefe, el cual lo mantiene ahí por alguna razón que desconoce la sociedad española. Un tipo que al parecer no se entera de nada, y sigue subido en la rama de su guindo particular sin que le afecta la decisión y que encima no dimita él mismo por el ridículo al cual se somete él mismo. 
¿Se imaginan a este tipo al frente de una mesa de control de una central nuclear?¿o de cajero en cualquier supermercado?, sería la ruina para el empresario. Un Homer Simpson en toda regla, pero el cual cobra un sueldo público, y eso es lo penoso, no ya en lo que se ha equivocado, que eso debe de sancionarlo su partido, sino por el acto tan ridículo el cual deja en evidencia (como si no lo estuviera ya) a la casta política española, cuando nos miran desde el extranjero. 
Por eso hay días en los que tras ver la tele, mirar los periódicos o escuchar la radio, cualquiera que pueda hacerlo, se pregunta qué hace aquí en vez de estar viviendo en otro sitio, y ahora resulta que, como dijo no me acuerdo ahora quién, cuando un tonto sigue un camino, se acaba el camino pero sigue el tonto. Y como dijo otro (que tampoco me acuerdo ni tengo ganas de levantarme a mirarlo), a un tonto no hay manera de convencerlo de que deje de serlo, porque para eso hay que bajar a su nivel. Y en ese nivel, los tontos son imbatibles. Sobre todo en España y en ese circo, como se acaba de demostrar otra vez. En fin, es lo que tenemos. Mala suerte lo llaman algunos. España, año 2022. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

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