Lo de Cataluña y el supuesto independentismo, se está yendo de las manos, tanto al gobierno que no quiere actuar por no perder los votos que los mantiene en el poder, como al gobierno catalán que no puede consentir que una sentencia contra el lenguaje haga perder fieles borregos a la causa.
Nos enteramos la semana pasada de que un niño de 5 años y sus padres del pueblo de Canet de Mar, están recibiendo múltiples amenazas por solicitar que su hijo recibiera el 50% del horario lectivo en castellano. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) decidió como medida cautelar que el grupo impartiría el 25% de asignaturas en castellano.
Pero lo más chocante y sorprendente no es ya que desde el gobierno de la Generalidad no cumplan la condena, ni condenen los hechos, ni condenen las amenazas que está recibiendo el niño, lo más sorprenderte, es que los propios vecinos han mostrado su desacuerdo con el fallo judicial y han iniciado una recogida de firmas en algunos establecimientos de Canet de Mar, aparte de que algunos de ellos hayan lanzado piedras a la casa de la familia del niño, aparte de que uno de los padres de la clase de P5 ha escrito un tuit afirmando que le haría el vacío a la familia del niño, ninguna invitación a ningún cumpleaños, ninguna conversación con ellos, nada de nada, que ya es algo totalmente despreciable, ruin y cobarde por parte de unos ciudadanos que se creen independentistas, y que están protegidos por un gobierno descerebrado y cobarde, que sólo sabe hacer cumplir las multas de tráfico que los mossos de escuadra ponen para recaudar.
Estos actos sólo nos llevan a recordar los años más duros en los cuales estaba inmersa la sociedad vasca. Miedo de vecinos, señalamiento de vecinos a otros vecinos por no pensar como ellos o simplemente por el simple hecho de hablar diferente a los que metían miedo. Pero la diferencia está, en que esta vez estos piltrafas independentistas, apoyan a un gobierno vendido, a un gobierno con los pantalones bajados hasta los tobillos, por tal de mantenerse en el poder sea al precio que sea y jodan a quién jodan.
En la Alemania nazi, no se empezó gaseando, se empezó introduciendo poco a poco la ideología, para que fuera cociéndose a fuego lento entre los ciudadanos alemanes. Y aquí, en esta España tan llena de progres, tan democrática, tan libre en la que vivimos, hay una comunidad autónoma que tiene representantes que alientan el neonazismo desde los despachos y desde Waterloo, y eso es lo preocupante. Esa llamada a esa radicalización a la que están llegando en Cataluña, alentada por el miedo y por la dejadez de su gobierno autonómico.
El gobierno sólo condena, pero no actúa. El sillón tiene eso. España, año 2021. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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