Annabelle es una muñeca que está en el museo de los Warren de Monroe, en Connecticut. Usada para hacer varias películas de terror, esta muñeca se puede comparar sin llegar a equivocarse mucho, a Ione Belarra o a su buena amiguita Irene Montero dando un discurso. Cuando ambas agarran el micro y empiezan a soltar palabrotas como si el mismo demonio se apoderara de sus almas (aunque no se sabe si ya fueron poseídas porque que de sus palabras sale puro odio con un olor a azufre tan insoportable que con sólo escuchar sus tonitos de voz de muñequitas endiabladas dan ganas de vomitar), pues te quitan hasta las ganas de comer. Cada vez que Irene, por ejemplo, habla de derechos y de justicia, se nota que su cerebro ha entrado en shock, tipo MK ultra, incapaz de soltar una sola idea humana y contándonos cosas para subnormales, aparte de que se repiten como un disco rayado.
Igual ocurre con Ione, que fue ministra de la agenda 2030 (que sufre y muchísimo la pobre mujer), cuando ve que el mundo no sigue sus reglas y que hay personas que no son de su cuerda, y cuando eso ocurre los insulta llamándolos racistas, nazis y de extrema derecha. Debe ser que sus neuronas se han quedado obstruidas y sólo sabe decir eso, como una autista o algo mucho más grave.
El hecho es que estas muñequitas de pesadilla sólo saben aprovechar para soltar sus odiosos discursos. Si por ellas fuera, nadie podría abrir la boca sin su permiso, ni pensar ni moverse de la silla, como esas antiguas institutrices de las pelis de blanco y negro en los que los pobres niños sufrían de la dureza de una educación absolutamente esclavizante, criticando a los ricos (ahora ellas y todos sus colegas lo son también), al estilo de lo que nos decía el fanático de Karl Marx para así cargarse nuestro sistema social y arruinarnos la vida al completo, y por supuesto, reprimiéndonos nuestras ideas que si no comulgan con las suyas, no dudan en colocarles la etiqueta de fachas.
El hecho es que, mientras hablan como si fuesen las salvadoras de la humanidad, están soltando a violadores a las calles para que siga la fiesta y el infierno en la tierra, siguiendo la ley de una de ellas. Todo ello, mientras tienen sus partidos llenos de acosadores sexuales como Monedero o el de Más Madrid, y a saber qué otras prendas tendrán por ahí escondiditas, sujetos puramente machistas con una sexualidad desenfrenada. Los demonios están obligados a dar alas libres a sus deseos sexuales, no importa ni la persona ni el momento ni la edad, ni tan siquiera que sea un animal. Aquel día en que salió Irene Montero diciendo que las niñas, los niños y les niñes tienen derecho a tener sexo con quienes les plazca y que la única limitación es su consentimiento, ahí vimos que Podemos, casi (y digo casi, ojo al dato) apoyaba la pedofilia y nadie se sonrojó ni lo más mínimo. Algo parecido ocurre cuando a Ione le tocan el tema de la inmigración o de la ocupación ilegal, que se te meten en tu casa dejándote durmiendo debajo de un puente, muchos de ellos con antecedentes penales, incluso en delitos cometidos ya en España, saliendo de rositas. Pod(t)emos está de más. Porca miseria. España, año 2025. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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