Koldo es un personaje llamativo. Un personaje que a día de hoy no conoce ni el tato en el psoe, ni en el ministerio de transportes, ni en el gobierno, ni casi en su casa si me apuran. Un personaje que se veía a todas horas junto al ex ministro Ábalos, junto a directivos del psoe e incluso en la Moncloa, pero que a fecha de hoy es un apestado que nadie sabe quién es y a qué se dedicaba.
Pero resulta que este tal Koldo era algo más que la mano derecha de Ábalos, era el que conseguía mordidas, apretaba a constructores y a otros empresarios para conseguir dichas mordidas y era el que alquiló 28 airbnb para citas de la trama en la cual era el jefecillo absoluto. Pero no se vayan todavía que aún hay más.
A la misma vez que hacía todo lo anterior, Koldo manejaba una agenda con mujeres señaladas como p___s entre enero de 2020 y junio de 2021 para disfrute de los amiguetes de la trama que manejaba. Y no se crean que me invento nada, porque como saben ustedes y sino se lo recuerdo yo, voy a desayunar todos los días al bar de mi amigo Pacorro. Se lo pueden tomar como una chulería por mi parte como otra cualquiera, el caso es que me presento allí. Resulta que Pacorro compra la prensa diaria para que sus parroquianos y los que no lo son, se culturicen porque leen, se informen ya que leen y vomiten gracias a la prensa que leen, porque cabe recordar que abrir un periódico en esta España salchichera es literalmente echar la pota. Y ahí fue donde me entere de esta magnífica noticia la cual me ha valido para hacer este post y colocarlo en este blog pecador con el título que les pongo, porque la cosa no va muy desencaminada.
Me parece a mí y se lo he indicado más de una vez, que en esta España tan deliciosa y pródiga en cantamañanas y golfos por doquier, no hay monumento al sinvergüenza desconocido porque aquí los conocemos a todos. Un infeliz país donde la gente puede verse obligada a cerrar tienda o negocio por equivocarse en su gestión, pero donde ningún banco ni banquero, ni político, que llevan años equivocándose en la gestión irresponsable de un dinero que ni siquiera es suyo, y encima éstos últimos malgastándolo en disfrutar y en forrarse, pagan el precio de sus errores. Nunca.
Por eso muchas veces pienso que hago aquí en vez de estar viviendo en otro sitio. No digo que otros sitios sean mejores, porque en todos sitios se cuecen habas. Habrá golf@s y chorizos con corbata o sin ella que harán casi igual que aquí, pero la diferencia entre l@s golf@s de esos países y los del nuestro, es que aquellos dimiten si los pillan, pero aquí no dimite ni dios y encima intentan tirar mierda hacia afuera culpando a unos y a otros dejando sus responsabilidades guardadas en el cajón de su oficina (siempre y cuando sepan donde está y a qué se dedica). Por eso, cada vez que salgo de viaje, voy con la dosis de vergüenza añadida de quien está en el extranjero y comprueba que lo miran a uno con lástima, con pena, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate y eso no se lo deseo ni a mi peor enemigo. España, año 2025. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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