No sé lo que tiene el poder, que lo hace tan atractivo, tan atrayente, tan difícil de dejar. Me estoy refiriendo al poder político, ese que llegas siendo un analfabeto, y te vas siendo el mismo analfabeto, pero rico, con contactos y con pensiones vitalicias. Como dijo alguien de cuyo nombre no me acuerdo ahora, y maldita las ganas que tengo de levantarme a buscarlo, la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. Y así es literalmente, por lo menos en esta España bananera, con dirigentes políticos a cual más moñas y que muchas veces no están muy lejos de la pista de un circo.
El poder. De eso sabe bien el aún vicepresidente del gobierno y candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, que se aferra al cargo hasta el comienzo de la campaña electoral en esa comunidad autónoma.
Pero cabe recordar, que Pablo Iglesias, criticó por hacer lo mismo al nefasto ex ministro de Sanidad Salvador Illa, y acuérdense ustedes también de la frase lapidaria que soltó en aquel momento sobre lo de Salvador: Me va a permitir que sea elegante y no dé mi opinión porque soy vicepresidente del gobierno. A parte de criticarlo por dar el salto hacia la candidatura de las elecciones catalanas, estando aún la pandemia sin resolver.
Consejos vendo, que mi para mí no tengo. Esta es la frase preferida de Pablo iglesias, un tipo gandul, que no se le conoce nada de su trabajo y menos en visitar residencias de la tercera edad como era casi obligación suya, pero que es muy hábil en incendiar las redes sociales y los consejos de ministros con sus ocurrencias, el de mantener en al cargo a perros fieles para echar más leña al fuego y para intentar sacar leyes o reales decretos para conseguir un puñado de votos, ya que para sacar adelante muchas de sus ocurrencias hace falta dinero, cosa que ahora este gobierno no tiene ni por error administrativo, si exceptuamos los untes a sindicatos (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo), los untes a todo tipo de asociaciones apegadas a esta ideología y el unte para poder rescatar a una aerolínea con un solo avión pero con socios un tanto bolivarianos, ya saben ustedes.
El poder. ¿Qué es lo que tiene para poder cambiar a las personas que lo ostentan?¿qué situación provoca en la gente que lo tiene para hacer de las suyas y sentirse inmune?¿qué tiene para que el que lo ostenta, se sienta superior a los demás?¿qué tiene?. Cuando se respondan a estas preguntas y muchas más, entenderemos a nuestra chusma política, a lo mejor no a toda, pero a la gran mayoría seguro, viendo el panorama que estamos viendo.
Será porque vivo en España y no conozco otro lugar como éste en que se den tantas barbaridades. A lo mejor todo esto también pasa en otros países, no lo sé. Lo único que sé, es que me ha tocado aguantarlos aquí. Mala suerte. España, año 2021. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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