No sé qué ocurrirá el 8 de Marzo del año de nuestro señor 2021. O sí, porque la cosa es inevitable. Pero ese día, estaré de viaje, con la dosis de vergüenza añadida de quien está en el extranjero y comprueba que lo miran a uno con lástima, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate. Por eso, el mal rato que ese día voy a pasar quiero agradecérselo a tres grupos de compatriotas, feministas y no feministas: los oportunistas, los cobardes y los sinvergüenzas. Hay un cuarto grupo que incluye desde ingenuos manipulables a analfabetos de buena voluntad, pero voy a dejarlos fuera porque esta página tiene capacidad de aforo limitada. Así que me centraré en los otros. Los que harán posible que a mi edad, y con la mili que llevo, unos buenos amigos franceses me acompañen en el sentimiento.
En esta república bananera gobernada por una chusma política, que se atreva a entrar como elefantes por cacharrería en cuestiones tan delicadas para las que hace falta mucho conocimiento y mucha lucidez para algunas cosas tan importantes como la salud, como les digo, cuando uno ve a un animal de bellota, con corbata fosforito o con lo que lleve, hablando de sus intereses políticos utilizando la pandemia para ello, uno se pregunta en manos de quién estamos.
En esta república bananera como les digo, se pueden cerrar centros comerciales, bares, tiendas, se puede obligar a que familias no se vean o ponerles límites a la cantidad de personas que se pueden juntar, se pueden anular fiestas como los san fermínes, como las fallas, como la Semana Santa, que dan dinero, prosperidad y trabajo, y que aparte podía ser un desahogo para muchas personas, pero sí se puede permitir la celebración del 8M. Eso sí, con distancias de seguridad y con un máximo de 500 personas por cada grupo que se manifiesta (y son 4, según las organizaciones).
Mis pregunta son, ¿cómo se controla ese aforo?¿cómo lo van hacer las autoridades para que sean 500 personas exactas?¿cómo se las apañara Manuel Franco, delegado del bigobierno en Madrid para que todo eso se cumpla?. Debería de haberlo explicado, vamos digo yo.
Pero no sólo se autoriza esta manifestación, quía. Negacionistas también se han manifestado, agricultores también, hosteleros hartos de todo también, taxistas también, también grupos neonazis y de ultra derecha para decir las gilipolleces más grandes que existen y así hasta el infinito y mucho más. El problema no son las manifestaciones, el problema es el color político que esa manifestación en concreto tiene, ya que hay que darse cuenta quien hay detrás de todo esto. Ese es el problema, pero aunque no vaya la susodicha ministra de Igual-Da, ni ningún miembro del bigobierno, no es excusa para darle el color político que, a ese día tan especial para las mujeres, ha cogido gracias en parte a los políticos/as chusqueros/as que tenemos en esta Españita, tan aficionados a politizarlo todo por tal de tener su minuto de gloria en Twitter o en los medios de comunicación.
Ese es el gran problema y el gran debate que hay en este día tan especial para el sexo femenino y no otro. Cabe recordar también, que el año pasado, a esa manifestación se le atribuyo sin ninguna fiabilidad, la culpa de que nos encerraran en casa durante un mes y medio. Pero tampoco ayuda, las palabras del responsable Fernando Simón, diciendo que hay más peligro debajo de un trono que en el 8M. En fin, como decía Locomía, esta sí, ésta no, todo depende de qué color político lo organice. España, año 2021. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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