La eutanasia

La semana pasada se aprobó ya por fin, después de muchos años dándoles vueltas al asunto la ley de Eutanasia. Una ley que no deja indiferente a nadie, pero para los que padecen enfermedades irreversibles e incurables que les hace estar postrados en una cama las 24H del día, con atención las 24H del día por parte de familiares, asistentes o lo que sea, y ver cómo esos mismos familiares sufren durante las 24H del día por ver así a un ser querido es casi una salida a tanto sufrimiento. 

Para los creyentes o para los que creen en un dios que nadie ha visto y que sólo está para las cosas ajenas, esta ley es una aberración, ya que consideran que el único que puede dar y quitar la vida es dios, cosa que no está cuando hay guerras, hay miserias, hay millones de personas sufriendo en el mundo y no hace por donde solucionar nada. Ese dios, que permite que clérigos abusen de niños sin que sean castigados o quemados en la hoguera por la Congregación para la Doctrina de la Fe, conocida también como Santa Inquisición. 

No discuto las creencias de cada cual, o si hay un dios o lo que haya, pero lo que no creo que tenga mucha discusión, es que una persona libremente quiera quitarse la vida por los motivos que sea, utilizando el método que sea, ya sea tirándose desde un puente, o envenenándose en la cama o en el  sofá. 

Pero ojo, no es lo mismo que te ayuden a quitártela porque la persona esté inmovilizada y no puede hacerlo por sus propios medios, y es en este punto donde entra esta ley, con sus artículos y sus cosas. Para empezar, la persona que quiera quitarse la vida, debe de pedirlo 4 veces a través de un escrito, siempre y cuando no lo haya hecho ya desde su testamento vital. Esa solicitud, pasa después por un comité que es al final el que decide y resuelve cada caso en concreto. 

Pero la misma ley exonera de responsabilidad a la persona que ayude a otra a quitarse la vida si cumple con todos los requisitos, y por supuesto los médicos que lo hagan también, aunque es una paradoja que sean esas personas, que están para salvar vidas, las que en un momento determinado y por su propia voluntad (ya que nadie puede obligarlos a llevar a cabo la eutanasia), le quiten la vida a una persona. Pero esta ley tiene también su lado no muy claro, como toda ley que se precie. Pongamos por ejemplo un accidentado, que está postrado en una cama y además haya sufrido problemas mentales, si quiere morir, ¿cómo lo hace?, o mejor dicho, ¿cómo lo solicita si es la persona en cuestión la que tiene que hacerlo, sin poder pasar esa responsabilidad a tutores legales ni representantes legales?. Por otro lado, también tenemos a los menores de edad, ¿estas personas cómo van a solicitar la eutanasia?. Supongo que hayan tenido en cuenta estos aspectos a la hora de redactar la ley, porque sino va a ser un coladero de solicitudes y habrá problemas. 

Personalmente creo que está ley era necesaria para los casos más extremos. Ver sufrir a un ser querido, cuidarlo y el que lo cuida deje de vivir su vida por atender a ese ser querido, es algo que no tiene precio, y algo que conlleva mucha carga psicológica. Por eso, creo que es necesaria. Luego cada cual que apechugue con su dios y con su moralidad. España, año 2020. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo. 

 

 

 

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