Juro a ustedes por el cetro del dios Pichimichi que lo que voy a contar es cierto. Aunque comprendería que dudasen, porque en un país normal, algo así sería imposible. Pero recuerden que éste no es un país normal, sino España, un lugar donde todo disparate, por gordo que sea, tiene su asiento, y donde por poner un ejemplo clásico, una ardilla podría cruzar la Península saltando de político/a en político/a sin tocar el suelo.
Todo empieza en Vallecas, un barrio obrero de Madrid. En ese lugar vivía una persona que se dedicaba a dar clases. La casualidad o el oportunismo, provocó que se metiera en política diciendo cosas que la gente quería oír en una etapa difícil para esta Españita nuestra, que fue la provocada por la última gran crisis económica que tanto negó ZP y que luego trajo lo que trajo.
Este oportunista, soltó muchas frases lapidarias, como por ejemplo, que si alguna vez llegaba a ser algo en el gobierno de España, pues que él seguiría viviendo en su pisito de Vallecas, que él iba a luchar contra la casta, que él no iba a permitir que empresarios como Amancio Ortega, dueño de Inditex, no pagara los impuestos en su Españita de sueño, que él no iba a permitir que esa misma empresa por ejemplo, donará a la sanidad pública equipos que ni en sueños ésta se podría permitir, y así hasta el infinito y muchos.
A día de hoy, nuestro querido oportunista y mucha de la gente cercana a él, tiene otro concepto de la vida. En esta crisis del coronavirus, las cosas han cambiado mucho para este dirigente de la clase obrera. Pero él vive en otra dimensión, en otro planeta ajeno a lo que ocurre. Sólo decir que la mayor tasa de pruebas PCR o como se llame ese chisme para detectar el covid 19, se han hecho en Galapagar, que es precisamente donde vive este dirigente obrero y su compañera.
Al día de hoy, nuestro querido oportunista vive en un casoplón el cual tiene la suerte de tener jardín para que sus churumbeles puedan salir a disfrutar de la naturaleza. Tienen guardias civiles delante de su puerta las 24H del día, ahora le abren las puertas del coche oficial que tiene, y todos estos pequeños detalles, son cosas de la lucha obrera, que los fachas jamás podrán entender.
Que se vista en Zara, marca de cabecera de Inditex, de la cual es dueño Amancio Ortega, y criticarlo y luego llevar chaquetas de esa marca, es como lo de ser comunista y vivir en un chalet con piscina y servicio doméstico, y a la vez dice mucho de la capacidad de entendimiento y de incongruencia de este oportunista cada vez que habla o dice algo. Si hace estas cosas cuando va a comprar ropa, imagínense que hará para la desescalada que se nos viene encima. Yo sólo espero el caos, el decir una cosa a las 8H de la mañana, a las 9H decir otra, a las 10H otra bien distinta y así hasta las 24H que es cuando se publica el BOE, y eso es cosa de esta descojonación de gobierno en el cual las luchas internas por apuntarse los tantos y las medallas perjudican más que ayudan. España, año 2020. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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