La guerra que libraron el presunto cabecilla del caso Púnica, Francisco Granados, y el supuesto líder de la operación Lezo, Ignacio González, para tomar el control del Partido Popular de Madrid dejó un episodio que ha permanecido oculto hasta ahora. Si queridos blogueros, pero sólo hasta ahora. Leyendo la prensa que tan amablemente compra mi amigo Pacorro, me enteré de esta guerra entre chorizos. Y la cosa tiene su aquel, sino ojo al parche.
Granados que es uno de los chorizos y ladrones más grandes de España, pagó 14.000€ a un detective en la primavera de 2014 para conseguir información en el extranjero sobre el ático en Estepona (Málaga) de González, que es el segundo chorizo y ladrón más grande de España, en el escándalo que terminó truncando la carrera política del ex presidente de la Comunidad de Madrid tras las elecciones autonómicas de 2015.
El movimiento de Granados se produjo cuando ya había estallado el escándalo sobre la relación de González con ese inmueble y un juzgado había abierto una causa para depurar posibles responsabilidades penales. El ex alcalde de Valdemoro quería nuevos datos para terminar de hundir las aspiraciones de su principal enemigo en las filas del Partido Popular. En esos momentos, Granados se había visto obligado a renunciar incluso a su escaño en el Senado tras la aparición de una cuenta en Suiza en la que había ocultado 1,5M de €. Pero seguía obsesionado con destruir a su mayor rival político y chorizo número 2, el golfo de Ignacio González.
Como se puede ver una guerra sin cuartel entre chorizos por quedarse con el rango de chorizo mayor del reino sin tener oposición en ese choriceo que se llevaban los dos entre manos en la Comunidad de Madrid, y todo esto sin que súper Espe, supiera nada al respecto, como no podía ser de otra manera.
Sólo ha faltado tiroteos y ajustes de cuentas entre este par de chorizos para que se le diera más credibilidad al choriceo que ambos ha cometido mientras eran altos cargos de la Comunidad de Madrid.
Entonces si se hubieran dado cuenta los compis y sus jefes, o no, todo depende o dependía del grado de unte que éstos personajes tuvieran, porque cabe recordar que todo el mundo tiene un precio, y que cuando se descubre el pastel, nadie conoce a nadie, nadie sabe nada de lo que hacía el otro y nadie ve nada.
Es la triste historia de España y que cada día vemos en los periódicos y en los telediarios. Guerras internas sin cuartel y sin escrúpulos aunque luego en los actos oficiales haya que poner buena cara para la galería. Es la mafia en su representación un peldaño por debajo del 100%, ya que sólo han faltado los ajustes de cuentas. Vaya tela con lo que hay en las cloacas de los partidos y que los ciudadanos no sabemos. Pero mierda tiene que haber a raudales. Porca miseria. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogeros como yo. Un saludo.
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