El miércoles pasado ocurrieron varias cosas. Fue el 1 de Mayo del año de Nuestro Señor 2024. Fue principio de mes, y fue además como todos los años, ocurre en un pueblo de la provincia de Jaén, llamado Sabiote, la festividad de la Virgen de la Estrella, que se celebra con una romería de las de toda la vida, con gracia, alegría y diversión en el santuario de la mencionada virgen. Pero fue también otra mamarrachada sindical como a la que nos tienen acostumbrados nuestros desaparecidos y bien mantenidos sindicalistas (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) del tres al cuarto que tenemos la mala suerte de tener y sobretodo de mantener con nuestros impuestos, gracias a que le bailan el agua a la Yoli, la actual ministra de trabajo de este gobierno dicharachero que tenemos en este país conocido como España, porque de alguna manera hay que llamarlo.
Ocurrió lo de siempre el día 1 del presente mes. Manifestaciones, mítines pidiendo lo de siempre, bajada descomunal de pantalones hacia el gobierno que los mantiene, la pelea de las cifras de asistentes, buenas comidas después de los actos, un festivo para los españoles, trabajen o no, y un pedazo puente para los madrileños, ya que se les junto el día 1, el 2 día de la Comunidad de Madrid y el 3, el cual muchos pedirían como vacaciones para huir a las playas o donde quieran y no ver a estos impresentables sindicalistas vendidos a un gobierno que los mantiene y no por la gracia de dios, sino de la de los impuestos de todos los españoles.
No sé si se nota el desencanto que tengo con toda esta panda de vividores y de gandules sindicales. No quiero decir que sean tod@s, pero lo que se ve y sobretodo las directrices que tienen para actuar, hacen que meta a al 99’99% (el 0’01% restante es el margen de error) en este saco del gandulismo, del vivir como marajás y de no estar cuando se les necesita, a no ser que el conflicto vaya a más y entonces acudan para salir en las fotos de todos los medios para hacerse ver, aunque luego los trabajadores tengan que buscarse abogados por su cuenta sino les pagas las cuotas de afiliación, aunque de los impuestos de los trabajadores cobren también. Esto sólo ocurre en este país desdichado y tan dado a la golfería generalizada y permitida por los poderes en el poder.
Por eso, el 1º de Mayo no significa absolutamente nada para mí sindicalmente hablando y políticamente hablando también. Prefiero pasarlo en buena compañía, con buena gente, con buenas cervezas y parrilladas en ese santuario de la Virgen de la Estrella el cual hace que me sienta feliz, a gusto y rodeado de personas interesantes. Con eso no quiero decir que sea católico practicante, para nada. El ir es por lo anteriormente mencionado, la fiesta y la diversión, porque para ver a cuatro sindicalistas vividores, luchando por lo suyo y que me entren ganas de echar la pota, para eso ya tengo el día a día y la prensa, para pasar ese mal rato. Así qué es lo que hay Maikel Naig. Birra, amigos, diversión y felicidad. Los otros ni me importan. Entonces, ¿sindicatos para qué?. España, año 2024. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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