Me encuentro en un periódico de tirada nacional, la foto de un progre en una clínica privada muy famosa de Madrid, en la cual se ha operado el rey, ha dado a luz la reina y es a donde van muchos políticos, aunque sean progres y muchos famosos, aunque sean progres a que sean atendidos por los médicos de esa clínica. Repito privada.
Este progre, que es casi de la ultra izquierda, yo creía que estaba en Cuba. Pero no, estaba equivocado. Está en este sabroso país conocido como España, porque de alguna manera hay que llamarlo, porque se ha tenido que sentar en un banquillo para defenderse de una denuncia que un colectivo católico le puso por cagarse en dios, en la virgen y no sé en quién más.
Que a estas alturas de la democracia, todavía se tenga que juzgar esas cosas, dice mucho de la altura de miras que tiene nuestra chusma política a la hora de cambiar un motón de artículos del código penal que tenemos. Eso sí, para cambiar algunos delitos para que algunos condenados por sedición salgan cuanto antes de la prisión para poder tener presupuestos, pues que quieren que les diga, corren como el corre caminos.
Pero ojo, está sentado NO por lo que piensa, sino porque lo que ha dicho está penado en el retrógrado código penal español. La libertad de expresión es un derecho, hasta que lo que dices topa con ese código penal, o con alguien que interpreta a su manera cualquier artículo de ese código penal, o con cualquier colectivo que interpreta a su manera cierto artículo de este código penal, el cual puede hacer que la vida se te complique mucho en este país en al cual, nuestra chusma política no es capaz de coger el toro por los cuernos, ni sentarse, ni poner al día esos artículos del código penal que están dictados desde la época franquista, sino anterior.
Este personaje el cual va a sufrir la carga de tener que pasar por un banquillo para defenderse de lo que él considera libertad de expresión, es Willy Toledo. Lo reconozco, cuando se dedicaba a hacer 7 Vidas, me caía genial, además hasta creía que era un buen actor y todo. Pero empezó a torcerse y a convertirse en un activista de causas casi imposibles de conseguir, y ahí fue cuando perdí un mito, no porque fuera activista de causas perdidas, sino porque no tolera que otros piensen diferente a él, y eso es lo que lo convierte en ultra.
Los fachas, la ultraderecha y ese lado ideológico, personalmente tampoco los soporto, lo mismo que no soporto los activistas convertidos en ministros, los ultras izquierdistas y todo ese lado ideológico, pero todas las opiniones son respetables, aunque no te gusten, pero no se puede ir por la vida así. Por eso Willy Toledo, no curra o por lo menos no veo yo que curre, porque la ideología ultra en la que está posicionado hace que casi nadie cuente con él, ya que lo convierte en carne de cañón judicial, como se está viendo. El lado oscuro de las cosas tiene eso, que al ser famoso, Willy creía que iba a ser bueno para la causa activista. Pero se ha equivocado, o eso es lo que yo creo, viendo la poca actividad profesional que tiene, aunque la judicial la tiene a tope. España, año 2020. Bueno, así que os espero, para que me comentéis en profundidad, lo que pensáis o queráis a blogueros como yo. Un saludo.
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